Si dentro de tus propósitos se encuentra el reto de comer más saludable, lograr algún objetivo de reducción de peso o aumento de masa muscular, servirá de mucho comenzar a ver nuestra relación con la comida como vemos las relaciones con un amigo, familiar o pareja.

Como primer punto es recomendable explorar si hay alertas que indiquen que tu relación con la comida está siendo complicada, entre estas se encuentran:

  • Evitar reuniones o eventos sociales porque prefieres evitar comer/beber
  • Variación constante en tu peso corporal
  • Sentimiento de culpa después de comer
  • Control excesivo en el conteo de kcal
  • Satanizar cierto grupo de alimentos y verlos como totalmente prohibidos
  • Momentos o días de atracones y/o otros con demasiada restricción

La realidad es que la relación con la comida puede resultar una de las más difíciles de sobrellevar si no la analizamos y le damos la importancia que representa. De ahí que el inicio para cambios posteriores en esta relación sea dimensionar la repercusión que tiene en muchísimos aspectos de la vida. Una inadecuada alimentación se encuentra asociada a diversas enfermedades.

Es importante estar conscientes de que cualquier cambio requiere de decisión, organización, trabajo y paciencia. Puede resultar muy útil elaborar un plan por escrito y llevar un control respecto a todas las pequeñas y grandes modificaciones que realizarás entorno a la comida.

En primera instancia valora si los problemas que identificas pueden resueltos sin el apoyo de especialistas como nutriólogo y psicólogo, si decides iniciar o retomar tratamiento con especialista es primordial que te sientas verdaderamente cómodo y en confianza. El acompañamiento de un psicólogo en el proceso puede ayudarte a romper tu sistema de creencias respecto a la comida y crear las ideas que verdaderamente sean útiles y benéficas a tu vida.

Busca lograr una conexión fuerte con tu cuerpo, valóralo, cuídalo y aprende a identificar tus emociones. Si es posible, en un principio anota por día las emociones significativas y detecta si repercutió en la elección de algún alimento en específico.

Puede ayudarte de mucho establecer horarios de comida y darte el tiempo de disfrutar, saborear, enfocarte en tus alimentos sin ningún tipo de distracción. Regálate estos momentos cada día, no hay reglas específicas, pero continúa con todo aquello que te genere plenitud, alegría y te permite estar emocionalmente bien contigo y las personas que te rodean.

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