Evidentemente, la crisis sanitaria derivada de la pandemia por COVID-19 ha dejado un gran impacto en distintos ámbitos. Uno de ellos es el rubro económico, ya que el aumento en el desempleo ha incrementado la pobreza en muchos hogares, donde la alimentación, nutrición y salud de los grupos más vulnerables se ha visto mermada considerablemente.

Sin embargo, de acuerdo con datos del Consejo Nacional de Evaluacion de la Politica de Desarrollo Social (CONEVAL), previo a la pandemia México ya vivía una situación complicada con más de 25.5 millones de habitantes en carencia alimentaria. Esto se acrecentó al cierre del segundo mes tras hacerse oficial la pandemia, donde ahora 69.6 millones de personas no tenían ingresos para adquirir los alimentos necesarios para subsistir.

La manera en la cual se mide en México, Latinoamérica y el Caribe la inseguridad alimentaria es a través de la Escala Latinoamericana y Caribeña de Seguridad Alimentaria, que se creó para definir si hay inseguridad leve, moderada o severa o si no hay. Por inseguridad alimentaria se entiende la disponibilidad limitada o incierta a alimentos nutricionalmente adecuados o la capacidad limitada de adquirirlos.

Sin bien es cierto que una persona puede vivir en una comunidad en la que no existe disponibilidad de alimentos, aunque tenga el poder adquisitivo, también existe el caso de quienes viven donde hay mucha disponibilidad de alimentos, pero una capacidad limitada o incierta para adquirirlos.

Cabe destacar que los hogares en donde existe una inseguridad moderada se consumen alimentos ultra procesados. Aunque son altos en calorías y brindan saciedad, su calidad nutrimental es deficiente, lo cual aumenta el riesgo de desarrollar sobrepeso y anemia.

Por lo anterior se espera que en México con la pandemia por COVID-19 aumenten aun más los niveles de inseguridad alimentaria, un problema que se estaba erradicando, pero que lamentablemente regresará, por lo que es importante que se actúe de forma pronta e inteligente. No se puede atender sólo el COVID-19 o sólo el hambre, es necesario que el abordaje sea en conjunto y así garantizar la seguridad alimentaria y la calidad de vida de la población.

Fuentes
Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social. Fichas Iniciales de Monitoreo y Evaluación 2019-2020 de los Programas y las Acciones Federales de Desarrollo Social. Ciudad de México: CONEVAL, 2020.

Escala Latinoamericana y Caribeña de seguridad alimentaria (ELCSA): manual de uso y aplicaciones. Comité Científico de la ELCSA. Mayo de 2012

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