El desarrollo de fraccionamientos se ha llevado incrementado en los últimos años principalmente debido a la inseguridad, pues permite, en cierta medida, contar con un control de acceso que puede mitigar el riesgo de un robo al patrimonio de la gente.

Además, brinda la posibilidad, si el diseño es adecuado, de generar una comunidad y aportar a la sustentabilidad, pero se corre el riesgo de que ocurra todo lo contrario, si no se consideran los siguientes factores:

  1. Contar con un área comercial en la colindancia del fraccionamiento, que por un lado le dé vida a la calle (y no sea un callejón diseñado para los asaltos), y por otro, permita que los residentes cuenten con servicios y accedan a ellos sin tener que utilizar el coche, de forma segura.
  2. Tener un área verde bien diseñada, arbolada con especies autóctonas, que invite a su uso por parte de sus habitantes y aprovecha el agua residual de las viviendas, misma que es tratada en su totalidad.
  3. Poseer una regulación que fomente el uso de energía solar en las viviendas y lo promueva como parte de los valores agregados del desarrollo.
  4. Tener un diseño de vivienda que considere la orientación de las casas, de forma que evita que sean sumamente calurosas en verano y frías en invierno, lo que disminuye el uso de climatización artificial.
  5. Contar con condiciones urbanísticas que permitan el uso de la bicicleta y aseguran la integridad de los peatones.
  6. Tener integrada, desde un inicio, energía solar fotovoltaica que produzca el equivalente del consumo de los servicios comunes.

Estas consideraciones, entre otras, se deben tomar en cuenta desde el diseño del desarrollo, pues de otro modo se complica el aplicarlas una vez concluido el proyecto, y considero, deberían ser obligatorias.

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