Experiencias innovadoras para el desarrollo del ser humano
A medida que la sociedad evoluciona, las tendencias de desarrollo y consumo se transforman en respuesta a las nuevas necesidades que va presentando una comunidad moderna. Una de las corrientes emergentes y que está tomando mucha fuerza es el ecstatic dance, práctica de movimiento libre que busca la conexión entre la mente y el cuerpo.
Esta surgió en los años 70 en Hawai, bajo la inspiración de los Cinco Ritmos del Movimiento de la Mano, desarrollados por la bailarina Gabrielle Roth y que hoy se posiciona como una experiencia disruptiva en el bienestar integral de quien la practica.
Se caracteriza por ser una forma de baile libre en la que los participantes se mueven al ritmo de la música, sin necesidad de pasos específicos o coreografías, buscando alcanzar un estado de conexión con el cuerpo y la mente.
Esta práctica promueve la expresión personal y la conexión con los demás en un espacio libre de juicios y expectativas. De manera frecuente se realiza con los ojos cerrados y audífonos, lo que permite un resultado más profundo. Este baile tiene una duración de una a dos horas de acuerdo al grupo formado. Antes de iniciar, se lleva a cabo una breve explicación, intención personal y grupal.

Un dj y un guía acompañan la experiencia a través de su voz en distintos niveles de reflexión, creando así un espacio único y transformador. Los ritmos que se integran son: fluido, staccato, caos, lírico y quietud, cada uno diseñado para facilitar una exploración emocional y física profunda.
Cada vez es más común encontrar esta práctica en lugares como Europa y Estados Unidos. En México, el ecstatic dance está tomando mucho impulso en ciudades como Monterrey, Ciudad de México y algunas playas, por sus características y resultados.

Algunos de sus beneficios son:
- Reducción de estrés y liberación de cortisol.
- Conexión corporal a niveles profundos.
- Sensación de libertad y plenitud.
- Diversión y conexión con los demás.
- Liberación emocional y trabajo personal.
El ecstatic dance no es un rave, ni una fiesta con alcohol. A diferencia de esos eventos, esta práctica se enmarca dentro del ámbito terapéutico moderno, enfocándose en la conciencia corporal, la introspección y la conexión emocional.
