En temas de nutrición escuchamos constantemente frases como “que la comida sea tu alimento y el alimento sea tu medicina” o “eres lo que comes”, refiriéndose en general a la relevancia e impacto que tiene la comida que elegimos a lo largo de nuestra vida.

El control desde la nutrición prenatal y la alimentación en los primeros meses de vida se refleja en el desarrollo y crecimiento, y sabemos que incorporar los alimentos de manera correcta ayuda en la prevención de alergias alimentarias.

Se habla demasiado sobre la relación que existe entre una buena alimentación y una buena salud. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) destaca que la mala nutrición es de las principales causas de mortalidad prematura y años de vida saludable perdidos.

De ahí la importancia de mantener una dieta saludable durante toda la vida, no sólo para prevenir la desnutrición, sino también para evitar la aparición de las enfermedades crónicas no transmisibles.

La elección de alimentos saludables reduce el riesgo de padecer innumerables enfermedades y también si alguna enfermedad ya está presente ayuda de gran manera en el control.

Como ejemplo se incluyen sobrepeso, obesidad, arteriosclerosis y enfermedad coronaria, hipertensión o presión arterial elevada (que puede llevar a un accidente cerebrovascular), ciertos tipos de cáncer, osteoporosis, caries dentales y pérdida de los dientes, algunas enfermedades hepáticas y renales, diabetes mellitus, y otras.

Comer saludable no solo incluye la elección de cierto grupo de alimentos sino consumir el aporte calórico adecuada para cada persona. Entre los principales alimentos que se debe ser cuidadoso en la cantidad de consumo por día se encuentran aquellos que contienen gran cantidad de azúcares añadidos, grasas saturadas y sal.

Como en todos los ámbitos, es importante tener presente que no existe algún alimento o producto mágico, es decir, que por sí solo resuelva o evite cierto padecimiento; así como no existen alimentos 100% prohibidos o nocivos (a menos que se hable de una afección en particular). Lo esencial es que la mayor parte de los días y momentos se elijan alimentos saludables, acompañado de ejercicio físico.

La constancia y el equilibrio en lo anterior son la clave. Por último, es fundamental que a pesar de que en diversas enfermedades la alimentación marca una diferencia en el control y pronóstico, se acompañe de un tratamiento médico adecuado y de la mano del grupo de especialistas necesarios.

Fuentes:

Día Mundial de la Alimentación: Una dieta saludable nos ayuda a prevenir la aparición de las enfermedades crónicas no transmisibles. Disponible en: https://www.paho.org/es/

Malnutrición. Organización Mundial de la Salud. Disponible en: https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/malnutrition#:~:text=En%20todas%20sus%20formas%2C%20la,transmisibles%20relacionadas%20con%20la%20alimentaci%C3%B3n.

Enfermedades crónicas con implicaciones nutricionales. Capítulo 23. Disponible en: https://www.fao.org/3/w0073s/w0073s0r.htm#:~:text=Estas%20incluyen%20obesidad%2C%20arteriosclerosis%20y,diabetes%20mellitus%2C%20alcoholismo%20y%20otras.

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