La maternidad es una etapa compleja, no solo porque estamos a cargo de un nuevo ser que depende emocional y físicamente de nosotros, sino también porque nuestra cabeza está llena de criterios y creencias instaladas de lo que significa ser madre por lo que hemos heredado y visto en gente cercana o bien porque lo vemos en la sociedad.

Mucho de nuestro legado se refiere a un tipo de crianza donde nuestros padres o abuelos no enseñaron por medio del grito y amenaza. Hoy en día existen métodos más variados y complementarios que nos ayudan a entender mejor a nuestros hijos desde una postura de acompañamiento más amoroso sin perder de vista los límites y consecuencias de sus actos.

Pero, ¿qué pasa con los niños si les gritas? Es tan grande su miedo a estar solos y tan fuerte su necesidad de conexión y pertenencia, que asumirán que ellos son el problema. Pero cuando los tratas así los niños no dejan de amarte, sino dejan de amarse a sí mismos. Para que los niños sean respetuosos primero necesitan ser respetados.

Los berrinches pasan, los días malos terminan, los gritos cesan, pero la forma en la que reaccionas a ellos queda grabada para siempre en el cerebro y en el corazón. Recuerda tus hijos no quieren darte un momento difícil, están viviendo emociones y te necesitan para regularse.

¿Cómo tener tiempo para mí?

Este punto es muy importante. No hay niños completos sin tener a sus padres completos también, así que no te olvides de destinar parte de tu día a restaurarte. Pide ayuda para tener el tiempo necesario y desarrollar esas partes que pausaste durante la crianza de alguno de tus hijos, para que al final del camino sigas construyéndote en esta nueva etapa sin que pierdas incentivos de tu propia vida.

Entonces, mientras tus hijos se sepan amados se sentirán seguros. Sentirán la confianza de expresarse y probarán cosas nuevas porque sentirá que alguien lo respalda. Así que, si quieres darles un regalo de vida, dales el saber que son amados incondicionalmente. Recuerda, para el mundo eres una mamá más, pero para tus hijos eres el mundo entero. Ser mamá es conocer los miedos que no sabías que existían y reconocer la fuerza que no sabías que tenías.