Una gran parte de las cosechas de alimentos en nuestro país no llegan a los consumidores finales debido a que se abandonan en los campos de cultivo, se pierden en el traslado, se echan a perder por la falta de sistemas adecuados de refrigeración y almacenamiento o son rechazadas por los intermediarios debido a que no cumplen con los criterios de calidad.

Por su parte, en los supermercados los productos cercanos a su fecha de caducidad son exhibidos en los mejores lugares, en los pasillos de mayor circulación y en los mostradores más cercanos a la gente. Sin embargo, a pesar de las políticas de conservación de alimentos, de las rebajas y descuentos, muchos alimentos son dados de baja aun cuando cumplen con la normatividad.

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), indica que en el mundo se producen alimentos suficientes para erradicar el hambre. Si se recuperan la mitad de los productos que se desperdician es posible alimentar a toda la población del planeta.

En nuestro país, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos señala en su artículo 4°: “Toda persona tiene derecho a la alimentación nutritiva, suficiente y de calidad y el Estado garantizará este derecho”. Sin embargo, millones de personas padecen hambre y miles de toneladas de alimentos se desperdician.

La iniciativa de ley contra el desperdicio de alimentos busca promover prácticas de consumo responsable. Propone que la menor cantidad de alimentos termine en la basura, mediante la participación de la sociedad con acciones que contribuyan a la formación de bancos de alimentos, comedores populares y organizaciones solidarias comprometidas con las familias que no pueden adquirir la canasta básica.

Además, busca que los supermercados adopten medidas para disminuir el desperdicio de alimentos, donando los productos que aún pueden ser consumidos y no se venden por diversos motivos como la cercanía de su fecha de caducidad o que haya pasado la de consumo preferente o por defectos estéticos.

Enfrentar el desperdicio de alimentos ayudará a construir un futuro sustentable y tendrá importantes repercusiones sobre otros problemas como el desperdicio de energía, la disminución de emisiones de CO2, la contaminación y el desperdicio de agua. Es un compromiso que ayudará a preservar la salud de los ecosistemas, comparable a preservar la biodiversidad y combatir el calentamiento global.

Comparte: