La actualidad del blanco y negro en el cine

En la historia técnica de la cinematografía, el color ha sido uno de los avances que revolucionaron la manera de captura imágenes además de convertirse en un recurso narrativo que expandió los límites del cine hacia nuevos horizontes. Y aquí viene la pregunta que nos atañe, ¿por qué hacer cine en blanco y negro actualmente?

La respuesta a esa pregunta no es una sola, ya que puede abordarse desde aspectos técnicos y presupuestales hasta cuestiones narrativas y estéticas. Por lo tanto, filmar acromáticamente o en color no es una decisión arbitraria en la realización cinematográfica.

Y es que el inicio del cine le pertenece a este formato, por lo que optar por la escala de grises actualmente puede ayudar a situar la obra en una época anterior a la actual, aportando verosimilitud y atemporalidad.

En filmes como Cold War o Ida, el polaco Paweł Pawlikowski emplea esta técnica de manera magistral, dando a las historias profundidad histriónica, verosimilitud y dotando a ambos trabajos con planos de una belleza y delicadeza que probablemente en color perderían parte de su encanto y sentido histórico.

El color, como algunos realizadores han señalado, puede convertirse en un elemento de distracción para el espectador, por lo tanto, la elección del blanco y negro permite centrar la atención en otros aspectos, como la interpretación actoral, la iluminación y planos o la narrativa de la película.

Un ejemplo que emplea un contraste en colores y acromático es “La crónica francesa”, el último trabajo del texano Wes Anderson, donde las historias narradas se plasman sin color para centrar el foco en otros aspectos que contiene la obra, contrastando con los colores pastel que se muestran al salir de dichos capítulos narrativos. Una obra que explota el estilo simétrico obsesivo del director y permite explorar otras virtudes que este autor nos presenta además de sus conocidas paletas cromáticas.

Dentro del ámbito de la animación, también existen obras donde se ha optado por el formato en blanco y negro. Películas como “Persépolis”, “Virus tropical”, el corto de los estudios Disney “Paperman” o el aclamado “Dear Basquetball” escrito por Kobe Bryan, son algunos trabajos donde por razones económicas, de estilo y para situar en alguna época, la escala de grises aporta un soporte idóneo para la expresión cinematográfica en el arte de la animación.

El blanco y negro es atemporal, profundo y expresivo, no expira, además de ser una herramienta de expresión vital para el cine, dotándolo de nostalgia, belleza y elegancia.

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