En nuestra cultura está muy ligado el consumo de bebidas alcohólicas con las celebraciones, reuniones y convivencia con amigos y familiares. Es por eso que al llevar un plan de alimentación estricto (ya sea por alguna enfermedad o por reducción de peso y porcentaje de grasa), uno de los principales obstáculos para llevarlo al 100% es el evitar el consumo de bebidas alcohólicas.

Como primer punto debemos saber que el alcohol es muy alto en calorías y a dichas calorías se les conoce como “calorías vacías”, lo que significa que no aportan nutrimentos ni algo positivo a nuestro organismo. El hígado al absorber el alcohol lo transforma en grasa, razón por la cual un consumo excesivo provoca aumento de peso y elevación de los niveles de triglicéridos en la sangre.

Cada gramo de etanol aporta 7 kcal, la comparación del alcohol con los macronutrimentos es la siguiente: 1 g de carbohidratos aporta 4 kcal, 1 g de grasa o lípidos es igual a 9 kcal y 1 g de proteína aporta 4 kcal, recordando que los macronutrimentos los requerimos para crear energía y todas las funciones corporales.

Esta es la cantidad de kcal aproximadas que aportan los diferentes tipos de vinos y destilados; sin contar alguna bebida extra que se pueda añadir para la preparación:

 

  Cantidad Kcal
Cerveza 1 lata 153
Champaña 1 copa 101
Coñac 60 ml 144
Ginebra 55 ml 145
Tequila 55ml 146
Vino blanco dulce 1 copa 160
Vino blanco seco 2 copas 164
Sidra 2 copas 150
Vino espumoso 1 copa 101
Vino rosado 2 copas 143
Vino tinto 2 copas 170
Vodka 60 ml 139
Whisky 55 ml 138
Mi recomendación es preferir el consumo bebidas alcohólicas puras o que se acompañen únicamente con agua natural o mineral, esto moderando el consumo y aún más en el caso de bebidas preparas o cocteles.
Dentro de una dieta habitual es aceptable consumir bebidas alcohólicas de manera esporádica y con moderación.

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