Su impacto en la salud más allá de lo evidente

En el mundo actual, donde la mayoría tenemos muchas actividades, y por el tiempo limitado, nos es difícil lograr una organización para la preparación de cada tiempo de comida, los alimentos ultraprocesados se han convertido en una opción a la que muchos recurrimos. Los encontramos en todos los anaqueles de supermercados, tienditas, en las oficinas y sin duda están reemplazando las comidas caseras tradicionales.

Los alimentos ultraprocesados son formulaciones industriales principalmente a base de sustancias extraídas o derivadas de alimentos, además de aditivos que dan color, sabor o textura para intentar imitar a los alimentos. Como contienen ingredientes que potencializan el sabor y lo mejoran, por lo general gustan mucho y eso puede generar que los elijamos constantemente.

Alimentos ultraprocesados

Lo preocupante de estos productos es que contienen una gran cantidad de azúcares, grasas saturadas, grasas totales y sodio, además muy poca proteína, fibra, vitaminas y minerales comparado con los alimentos mínimamente procesados.

Más allá del exceso de calorías, azúcares, grasas y sodio, estudios recientes señalan que el consumo habitual de alimentos ultraprocesados no solo se relaciona con la obesidad, sino con inflamación crónica de bajo grado, desequilibrios en la microbiota intestinal, alteraciones en el estado de ánimo e incluso mayor riesgo de enfermedades neurodegenerativas.

Alimentos ultraprocesados

La adicción que pueden generar los ultraprocesados no es casualidad. Las grandes empresas de alimentos cuentan con áreas dedicadas a lograr el deseo de estos productos, que a través de sonidos, colores y cierto tipo de ingredientes, estimulan placer en nuestro cerebro, activando la dopamina que es el neurotransmisor implicado en adicciones.

Por todo lo anterior, es difícil lograr cambios a pesar de la información de lo negativo de algunos productos y las recomendaciones sobre comer mejor. Se requiere educación desde edades muy tempranas, etiquetados menos confusos y un mayor control en la publicidad infantil.

Desde lo individual, se pueden hacer cambios como aprender a leer etiquetas, cocinar más en casa, evitar realizar compras con hambre y prisa, así como elegir alimentos naturales. No se trata de hacer un cambio radical y eliminar en su totalidad los alimentos ultraprocesados, sino entender en qué momento los podemos consumir y hacernos conscientes de sus efectos.

Fuentes

Organización Panamericana de la Salud. (2019, 23 de octubre). Alimentos ultraprocesados ganan más espacio en la mesa de las familias latinoamericanas [Noticia]. OPS/OMS. www.paho.org

Monteiro, C. A., Cannon, G., & Moubarac, J. C. Alimentos ultraprocesados, calidad de la dieta y salud según el sistema de clasificación NOVA. Boletín de la Organización Mundial de la Salud, 96(3), 195–204. doi.org