La dieta cetogénica es un tipo de dieta que permite perder peso a expensas de la grasa. Además de ser eficaz en el tratamiento del sobrepeso y obesidad, existen evidencias que indican que la dieta cetogénica puede ayudar a controlar problemas de salud, como la epilepsia, prediabetes, diabetes, hiperlipidemia y factores de riesgo cardiovascular.

¿En qué consiste?

La dieta más utilizada para la pérdida de peso es la hipocalórica que se basa en la restricción calórica diaria y reducción de alimentos altos en kilocalorías, pero no se restringe en sí ningún grupo de macronutrientes (carbohidratos, grasas y proteínas). En cambio, la dieta cetogénica se basa en la restricción casi por completo de carbohidratos, las proteínas se mantienen de manera moderada y en cuanto a grasas puede ser alta, baja o muy baja.

¿Cómo funciona?

La fuente principal de energía de los seres humanos es la glucosa que se obtiene a partir del consumo de carbohidratos. Cuando los eliminamos o limitamos en nuestra dieta, el cuerpo comienza a utilizar como fuente de

energía nuestra grasa (cetonas). A dicho proceso se le conoce como cetosis, el cual no implica ningún riesgo a nuestra salud estando en circunstancias normales, es decir, si existen restricciones de llevar este tipo de dieta en algunas patologías específicas.

¿Cómo saber que estoy en cetosis?

Existen diversos signos y síntomas que indican que se inició el proceso de cetosis, entre ellos:

  • Disminución del apetito
  • Mayor nivel de energía.
  • Aumento de la sed y la micción.
  • Cambio en el aliento y sensación de boca seca.

Además de lo anterior se puede medir el nivel de cetosis mediante tiras reactivas de orina y mediante estudios de sangre.

Seguridad de la dieta

Existe una gran cantidad de estudios que garantizan la seguridad y efectividad de este tipo de dieta, incluso en dichos estudios se ha observado una mayor pérdida de peso con dietas bajas en hidratos de carbono en comparación con las dietas hipocalóricas convencionales.

Por otro lado está comprobado que una dieta baja en carbohidratos y grasas producen beneficios sobre los factores de riesgo cardiovascular, debido a que aumentan los niveles de colesterol HDL y, a corto plazo, reducen los niveles de triglicéridos y glucosa.

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