Después de los problemas que se han vivido a nivel global los últimos años en la industria automotriz, en México se están dando las condiciones idóneas para su crecimiento. Esto debido a la capacidad en su infraestructura y el talento de su capital humano, bondades que han sido reconocidas a nivel internacional y que han marcado la pauta para que varias marcas apuesten por estos beneficios.

Las ciudades en todo el mundo están creciendo de manera vertiginosa, surgiendo nuevas necesidades en vías de cuidar la salud de la población y del medio ambiente, esto derivado del cambio climático que estamos viviendo. Por tal motivo, las empresas automotrices están apostando para crear vehículos eléctricos con las mejores tecnologías que brinden soluciones a estas problemáticas.

Lo que todavía hace algunos años veíamos como algo “del futuro”, ahora ya es una realidad con los autos híbridos y eléctricos, que se han convertido en una opción tangible en la que, más allá del ahorro en el gasto del combustible, se puede circular con menos restricciones y se contribuye al cuidado del medio ambiente al reducir la emisión de gases, disminuyendo de manera significativa el impacto.

En nuestro país, según el reporte de venta de vehículos híbridos y eléctricos, realizado por la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz A.C. (AMIA) con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), durante diciembre de 2022 la venta de estos vehículos fue de 5 mil 773 unidades, 40.5% más que el mismo periodo en 2021. La venta alcanzada en diciembre de 2022  se conformó de 1,261 eléctricos, 541 híbridos conectables y 3,971 híbridos.

El camino hacia la electromovilidad ya es una realidad y nuestro estado no se queda atrás, pues durante los últimos años, el interés por adquirir una unidad híbrida o eléctrica ha crecido considerablemente con 1,762 unidades, teniendo una participación del 3.5% durante el 2022, cifras alentadoras para este 2023, en el que se espera un aumento importante.

Sin embargo, para lograr una transición exitosa hay que trabajar sobre el enfoque y las necesidades que traerá consigo este cambio, desde el marco jurídico, los incentivos fiscales y no fiscales, así como la infraestructura adecuada para el desarrollo de más estaciones de carga para que así se cuenten con las condiciones para la adquisición de autos con tecnología electrificada.

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