La falacia del dinero fácil y sin riesgos

La libertad financiera como meta de vida se ha incrustado en nuestro pensamiento, la globalización ha logrado llegar a un punto donde las personas parecen tener todos los secretos del mundo al alcance de su teléfono móvil.

Solo necesitas una conexión a Internet para volverte experto en todo y la tan ansiada “libertad” se alcanza en alguna buena playa con una copa de vino y una buena comida, donde la idea central es no trabajar nunca más para disfrutar de la vida.

La avalancha de personas que se han aventurado a invertir en los mercados financieros, ya sea a través de criptomonedas, Forex, futuros y/o acciones, sin importar el camino elegido el resultado termina siendo el mismo. Tan evidente, es que ha surgido todo un negocio en torno a ello: cursos online o presenciales dictados por personas que muy probablemente nunca han ganado dinero en la bolsa.

Condiciones globales como la inflación y el endeudamiento, sumados a las pocas opciones para defenderse, motivan a las personas a aventurarse al mundo de las inversiones, después de todo la idea es ser su propio jefe.

El problema básico al que se enfrenta la gente es el mismo que tienen los profesionales: soportar una tasa de éxitos en las inversiones de manera consistente sin perder más de lo ganado, al tiempo que se mantienen intactas las tasas de rendimiento. Técnicamente esto es un desafío considerando la relación rentabilidad – liquidez – riesgo, por esta razón los resultados de fondos y gestores suelen medirse anualmente y no mensualmente.

La gran duda respecto a esto es si pueden los mercados financieros ser el trampolín para lograr el tan utópico sueño o sí en realidad esta es una actividad reservada a los grandes capitales.

En nuestra opinión y experiencia, podemos decir que los mercados financieros abordados con una educación seria y correcta pueden representar ese segundo ingreso que provee el oxígeno financiero a las familias, pero que bajo casi ninguna circunstancia podría con seguridad suplantar los ingresos corrientes. Para hacer de esto algo responsable es necesario pensar siempre en educarse de manera correcta o hacerlo a través de un consejero capacitado para tal fin.

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