Decir que todo lo que se ha logrado en lo profesional o en los negocios, es gracias al propio mérito, sería una falacia y una falta de humildad.

Muchos libros de los llamados “autoayuda” enfocan sus mensajes en frases como: tú eres el arquitecto de tu propio destino, todo depende de ti, el éxito es tuyo. Lo hacen ver como si solo el desear algo y “trabajar” para conseguirlo fuera suficiente. Esto puede hacernos olvidar quiénes estuvieron a nuestro lado acompañándonos. ¿Realmente el éxito y las metas se alcanzan exclusivamente por méritos propios?

Yo recibí una beca por la muerte de mi padre en la secundaria, pero eso no hubiera sido posible si mis padres no hubieran hecho el esfuerzo por darme una escuela donde tuvieran un seguro en caso de fallecimiento de alguno.

Sí, por supuesto que yo tuve que esforzarme por mantenerla, pero siempre conté con el apoyo de mi madre para sacarnos adelante a mi hermano y a mí, y no hubiera sido lo mismo sin el consejo y el amor que siempre me dieron mis tíos y tías por parte de mi mamá. Cuando terminé la carrera el miedo me frenaba, pero gracias al impulso que me dio mi tío de Tampico, me animé a independizarme.

Yo creo que el éxito, no es cuestión de esfuerzo individual solamente, el éxito depende, en mucho, de contar con personas que te apoyen, de reconocer las oportunidades y de aprovecharlas. Conozco muchos niños y jóvenes que viven en las periferias, en comunidades marginadas, que son inteligentes y creativos, que podrían llegar muy lejos; pero que nadie les ha dado la esperanza siquiera de soñar más allá de las cuatro paredes de su casa.

Yo tuve la suerte de contar con grandes personas que me impulsaron, me brindaron oportunidades, apoyo y el cariño que me marcó para siempre y que dejaron en mí la enseñanza de ser aliento para los demás.

La vida no es un paraíso individualista donde todo depende de uno mismo, la vida es una comunidad donde todos podemos ser el impulso de alguien más, quizá con una palabra, quizá con un primer empleo, tal vez con una beca, o simplemente escuchando desde el corazón, observando desde el alma y alimentando los sueños de los demás.

¿A quién puedes hoy cambiarle la vida? ¿De quién puedes ser esa esperanza que necesita para soñar?

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