Un liderazgo multiplicador de talentos

¿Hasta qué punto define nuestra imagen el inconsciente colectivo, al ser mujeres que hemos vivido un rol, que nos ha condicionado a realizar una determinada conducta o papel en la sociedad? ¿Qué retos nos representa esto?

Hoy en día los roles femenino y masculino están menos acentuados, ahora podemos encontrar mujeres siendo líderes de grandes empresas o en disciplinas donde antes ni se pensaba que pudiéramos ser capaces de incursionar y sobresalir, sin embargo, cada día, demostramos más las fortalezas de nuestra esencia ayudándonos a destacar en muchos aspectos.

Basándonos en algunos de los arquetipos, podemos ir rescatando lo que es la esencia femenina y sus características, entre ellas están:

  • Somos símbolo de protección y creación.
  • Fuente de sustento y nutrición.
  • Tenemos la capacidad de sanar emocionalmente a los demás.
  • Somos intuitivas.
  • Somos visionarias y tenemos alta resiliencia.
  • Sabemos fluir y conectar con empatía.

Por otro lado, Daniel Goleman, refiere acerca de las cinco habilidades de la Inteligencia Emocional, que llevó a cabo un estudio donde detectó que las mujeres tenemos más habilidad social y empatía que los hombres, quienes resultaron más sobresalientes en la autogestión emocional, por lo que nosotras tenemos que trabajar un poco más en desarrollarla.

Con ello, vemos que nuestro liderazgo está enfocado en la relación con el equipo y la capacidad de desarrollar sus habilidades, multiplicando sus talentos para lograr las metas, además con nuestra empatía, hacemos acuerdos ganar-ganar y conectamos de manera más efectiva creando ambientes con armonía.

Algunas habilidades de la esencia femenina que aplicamos en los negocios y nos ayudan a tener un liderazgo que empodera al equipo, llevándolo a su mejor estado son:

  • Empatía
  • Colaboración
  • Intuición
  • Comunicación efectiva
  • Adaptabilidad
  • Resiliencia
  • Gestión del tiempo
  • Enfoque en relaciones
  • E innovación.

Para finalizar, te invito a reflexionar sobre esto: aún nos falta mucho para abrir más espacios para nosotras y la solución no es luchar de manera frontal ni masculinizarnos, sino desarrollar la autoconfianza necesaria para darnos cuenta de que esos espacios ya son nuestros, solo hay que prepararnos mental y profesionalmente para ocuparlos.

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