Para nadie es agradable hablar de cosas tristes, como lo es que te quiten el 35% de tu salario o recibir cada día 17 el correo de tu contador con la forma para que pagues los impuestos del mes anterior, pero, ¡ya te gastaste todo el dinero!
Hoy te voy a contar de algunos impuestos que han implementado los gobiernos y que llaman la atención por lo absurdos, increíbles y hasta divertidos que pueden llegar a ser.
- En la antigua Roma, ante la expansión del imperio romano, se tenía la necesidad de soldados y población que ayudara a la gran conquista del mundo. César Augusto ordenó aplicar un impuesto del 1% sobre la riqueza de todas las personas solteras en edad de reproducirse.
- Entre 1784 y 1811, en Reino Unido ordenaron un impuesto por cada sombrero que tuvieran o compraran los hombres, así como a las sombrererías.
- En el siglo XVII también en Inglaterra, se pagaba impuesto a las casas y edificios que tuvieran más de seis ventanas.
- En 1853 Santa Ana copia este impuesto y lo aplica en México cobrando un real por cada puerta y 4 centavos por cada ventana.
- ¿Te gustan los tatuajes o los piercings? En Arkansas existía un impuesto del 6% a las personas que se realizaran alguno de ellos.
- En 1967 Rumania exigió un impuesto a todas las personas que fueran célibes, ante la necesidad urgente de incrementar su población.
- En México entre 1998 y 2004 existía un impuesto a los bienes que el gobierno consideraba de lujo, como joyas, vehículos, etc.
- En Tennesse las personas que consumían droga, debían pagar impuestos por cada gramo; no era legal el consumo de drogas, pero, si lo hacían, debían de pagar el impuesto, ya que de lo contrario además serían considerados evasores fiscales.
Y si crees que en México pagamos mucho impuesto sobre nuestros ingresos (35%), en países como Costa de Marfil pagan hasta el 60%, en Japón, Dinamarca, Austria, Bélgica e Israel pagan del 50% al 55%. Y si hablamos del IVA en México es del 16%, pero en Argentina, Bélgica, España y Holanda es del 21%, mientras que en Hungría llega hasta el 27%.
Como decía mi padre, solo hay dos cosas en la vida de la cual no nos libramos: de la muerte y de pagar impuestos por las buenas o por las malas.