No es casualidad que la dirección de las principales áreas del despacho se encuentre a cargo de mujeres y que incluso hayan llegado a ser socias de la firma. Las razones son simples:
- Su capacidad y entrega a los proyectos.
- La calidad de su trabajo.
- Los tiempos de respuesta y solución.
- Su capacidad de hacer multitasking cuando es necesario.
- El nivel de compromiso que reflejan en cada acción.
- La capacidad de motivar y generar un ambiente de trabajo óptimo.
Pero la realidad de nuestro país es distinta; de acuerdo con el INEGI, solo el 38% de los puestos directivos es ocupado por mujeres y solo 19% de los emprendedores en México son mujeres. Por otro lado, un estudio a nivel mundial reconoce que las empresas que tienen en puestos directivos a mujeres han incrementado sus rendimientos hasta en un 15%.
Los principales retos para las mujeres emprendedoras y de puestos directivos siguen vigentes y es trabajo de todos el eliminar esos obstáculos de crecimiento.
- El machismo dentro de la organización limita el acceso de las mujeres a niveles directivos. El famoso “¿cómo me va a mandar una mujer?”
- Las limitantes en el acceso a líneas de crédito y financiamiento, solo por el hecho de ser mujer.
- Los prejuicios y paradigmas arraigados en las empresas que, sin fundamento, minimizan el trabajo de la mujer.
- La inseguridad y el acoso que reciben al buscar oportunidades de crecimiento.
Abramos la mente, los corazones y las puertas a las mujeres, para que con su gran capacidad se forjen en los negocios grandes oportunidades de crecimiento y de construcción de un mejor mundo.
Existen muchas áreas de acción que podemos realizar: desde capacitación de calidad, creer y apoyar los talentos, generar una nueva visión dentro de la empresa donde el género de la persona no sea una limitante o condicionante.
Desde tu trinchera ¿Qué puedes cambiar para impulsar la equidad de oportunidades?