Pasaron cinco minutos. Él los sintió como una hora, sus pulmones lentamente empezaban a recuperar su capacidad de jalar aire, cada inhalación le volvía la vida a su cuerpo, “vamos, no puedo morir así, solo tengo treinta y nueve años, mis hijos están pequeños, necesito más tiempo”, pensaba mientras con su mano derecha daba masaje a su pecho y brazo izquierdo, esperando con eso lograr abrir sus pulmones nuevamente y volver a respirar.

Los autos pasaban por su lado, nadie se daba cuenta que, en aquel vehículo mal estacionado a la orilla del boulevard, estaba una persona sufriendo un preinfarto.

El estrés está considerado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como un acelerador de enfermedades y mortalidad cardiovascular. México ocupa el primer lugar mundial en estrés laboral.

Existen muchas posibles causas detonantes del estrés:

  • Aspectos laborales: puesto, nivel de exigencia y responsabilidad, tiempos de respuesta y entrega, falta de colaboración y trabajo en equipo.
  • Aspectos familiares: situación financiera, relación con la pareja y los hijos, enfermedad, entre otros.
  • Aspectos personales: mala alimentación, falta de ejercicio, la propia personalidad de cada uno.

Cuando la historia con que inicio este artículo se hizo realidad en mi persona, decido tomar acciones concretas en las diferentes áreas de mi vida: en lo personal mejoré mi alimentación, empecé a hacer ejercicio y establecí horarios para el trabajo, la familia y mi descanso, entre otras acciones.

Pero en el aspecto financiero y del negocio también existen situaciones que se pueden prevenir para disminuir el nivel de estrés:

  • Reduce tus deudas: el estar cada mes presionado por completar el pago de la tarjeta de crédito, del auto o de la casa, detona el estrés.
  • Elabora un presupuesto: tanto para tu negocio, como para tu hogar.
  • Controla el uso de tu tarjeta de crédito: no pagar el saldo de tu tarjeta en tiempo te puede llegar a costar entre un veinticinco y un cincuenta por ciento más.
  • Busca ingresos pasivos: aquellos que no requieren demasiado tiempo ni atención y que te garantizan un ingreso extra para tu economía.
  • Mantente al día en el pago de tus impuestos: he tenido casos de clientes que cuando les llega una auditoría del SAT, sufren infartos.

Hoy, siete años después, sigo trabajando cada día por controlar el estrés, sigue siendo parte del día a día, pero ahora tengo más herramientas para controlarlo y he limitado en mi vida las situaciones que puedan llegar a detonarlo.

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