¡Estoy desesperado! Hoy debo entregar un proyecto para un cliente, desde hace tres semanas lo empecé a desarrollar, pero a solo unas horas de la entrega me doy cuenta del tiempo perdido, de la procrastinación y de los distractores que hoy me tienen atado a este sillón y este escritorio.
¿Te has sentido igual que yo alguna vez? A mí me pasaba un día sí y otro también. Te comparto los principales errores que todavía a veces cometo y que merman mi productividad y la de mi equipo:
Enfócate en lo que eres bueno.
Es parte de la idiosincrasia del mexicano no saber decir no. Identifica esas actividades en las que eres realmente bueno, que se te facilitan, que las realizas correctamente y de manera eficiente y eficaz. Ahora enfócate en promover y realizar esas actividades que son tu fortaleza.
Delega funciones.
¡Delegar no te hace ver débil! Delega las funciones que otros de tus colaboradores puedan realizar. También es importante delegar las funciones en las cuales no eres experto y que alguien de tu equipo puede realizar.
Automatiza tareas.
Aprovecha la tecnología, muchas funciones cotidianas las pueden realizar programas especializados. Al aprovechar la tecnología liberas tu tiempo y tu mente para enfocarte en lo que te genera más.
Contrata a la mejor gente.
Rodéate de gente capaz y con actitud proactiva, confía en sus capacidades y tendrás un equipo que resolverá mejor los obstáculos que se presentan día a día en los negocios.
Dale las mejores herramientas.
No solamente materiales, también es importante brindarle a tu equipo capacitación constante en el área de especialidad de tu negocio, pero también en temas de desarrollo personal, recuerda que el ser humano es integral y su desempeño depende de la estabilidad y equilibrio en todas las áreas de su vida.
Invierte en tu negocio.
Asigna un presupuesto para fortalecer tu negocio, en las áreas de oportunidad que hoy no tienes. Destinar recursos para invertir en tu empresa es garantizar su actualización y continuidad.
Cree en tu proyecto.
Confiar en tu proyecto no solo es tener buenos deseos, es tomar decisiones con base a información real de tu negocio y establecer un plan de crecimiento de este.
Trabaja en acciones concretas.
Programa acciones concretas a realizar por día y por semana, para evitar cada día perder el tiempo pensando: “¿qué voy a hacer hoy? Al tener claridad en lo que vas a realizar cada día te permite organizar el tiempo dedicado a cada acción.
Elimina distracciones.
Vivimos atados a un distractor que absorbe el día de hoy la mayoría de nuestro tiempo… el celular. Establece horarios para revisar tus correos y mensajes, silencia tu teléfono en los momentos en que requieres más atención o enfocarte en alguna acción.
La productividad se contagia, no basta con establecer políticas productivas para que los demás las cumplan, si tú mismo como líder, no das el ejemplo.
¿Qué tan productivo eres hoy?