La salud abarca más allá de lo que creemos, mucho más allá de una alimentación balanceada, hacer ejercicio o no tener enfermedades.

En un mundo tan acelerado, en el que día a día tenemos tantas actividades por realizar, nos hemos visto casi obligados a relegar el descanso y el sueño. No les damos la importancia que requieren y los dejamos para después, para cuando “haya tiempo”.

Y es que, independientemente de la etapa en la que te encuentres, pareciera que es imposible evitar que otras prioridades terminen ocupando los horarios que normalmente deberían ser utilizados para dormir y descansar, por ejemplo: desvelarnos terminando trabajos escolares en la noche, desvelarnos para concretar proyectos laborales, desvelarnos por salidas o cenas de negocios, etc.

Cada vez es más complicado mantener un ritmo de vida en el que se pueda dormir y descansar efectivamente. Simplemente preferimos ocupar ese tiempo de descanso y sueño, en cosas que aparentemente son más urgentes, olvidando por completo que nuestra salud es vital y que, casualmente, el sueño es uno de los pilares que la mantienen.

¿Que podemos hacer para mejorar nuestros hábitos de sueño y descanso? Te comparto 4 recomendaciones generales que puedes implementar para intentar dormir y descansar mejor.

1. Aumenta la exposición a la luz natural en horas tempranas.

Hacer esto mejora el descanso nocturno, pues ayuda a sincronizar nuestro ciclo circadiano, el reloj interno encargado de la regulación hormonal, de la digestión y de la temperatura corporal; en resumen, regula los cambios en las características físicas y psicológicas que ocurren en el transcurso de un día.

2. Limita la luz artificial por la noche.

Estamos en entornos sobreiluminados todo el día. Sobreiluminar la noche no solo complica el poder conciliar el sueño, sino que interfiere en los procesos de regeneración, llegando a afectar al sistema inmune, aumentando así el riesgo de padecer diferentes enfermedades.

3. Establece una rutina de noche.

Busca acciones simples que te avisen que es momento de descansar. Leer un poco antes de dormir, una ducha caliente, bajar la intensidad de ruidos y luz en casa, etc.

4. Analiza tu estilo de vida.

¿Cómo organizas tu día?, ¿qué actividades tienes que cumplir?, ¿cuáles son tus responsabilidades?, ¿qué horarios destinas para descansar y dormir?, ¿hay alguna forma de mejorar dichos horarios? Este análisis te ayudará a ser realista sobre los cambios que verdaderamente puedes hacer para intentar mejorar tu descanso y sueño.

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