Ha sido un año de muchos retos en todos los niveles. Nos vimos obligados a cambiar nuestro ritmo de vida y lo que estábamos acostumbrados a hacer; pero no solo eso, la pandemia por COVID-19 también vino a recordarnos lo importante que es la salud para llevar a cabo nuestras actividades cotidianas.

Si bien todos solíamos ser conscientes de que nuestra salud es una prioridad, lo cierto es que en ocasiones era lo último que volteábamos a ver.

Nadie nos preparó con anticipación para actuar frente a una pandemia, todo ha sido un sinfín de aprendizajes desde aquel día en el que la Organización Mundial de la Salud declaró la gravedad de esta situación de emergencia internacional.

A continuación me gustaría compartir contigo 4 aprendizajes que esta pandemia nos ha dejado en temas de salud y lo vital que resulta para realizar nuestra vida en general.

Aprendizaje #1: Tu salud física como factor de bienestar

Una encuesta realizada en España a mujeres de entre 25 y 45 años, demostró que la práctica de ejercicio físico aumentó de manera considerable durante el confinamiento. La cifra de mujeres que realizaban ejercicio 3 o más días a la semana aumentó de un 36% a un 70%.

Otra de las conclusiones de esta encuesta también menciona que realizar una actividad física ha sido de gran ayuda para afrontar el confinamiento, gestionar las emociones y sentirse mejor durante el día.

Aprendizaje #2: Cuidar tu salud emocional y psicológica más que nunca

La palabra “ansiedad” fue la palabra más buscada en Google durante el inicio de la pandemia de COVID-19 en Estados Unidos, y no es de sorprenderse. La pandemia ha traído consigo una serie de problemas a nivel psicológico que antes existían pero que no se les tomaba tanto en cuenta.

Condiciones como angustia, irritabilidad, insomnio, tristeza, ansiedad e incluso depresión acompañaron a la mayoría de la población mundial. Si a ello le sumamos el distanciamiento social que hemos experimentado por largos periodos de tiempo, la situación se vuelve más compleja. Esto nos recuerda que nuestra salud emocional y psicológica merece atención, quizás ahora más que nunca.

Aprendizaje #3: Se vale sentirse mal y vulnerable

Por lo general las personas rechazan cualquier emoción desagradable. El

miedo, el estrés y la angustia, son algunos ejemplos de emociones que no nos gusta sentir. No obstante, con el paso de la pandemia, hemos comprendido que son emociones lógicas e incuso normales frente al momento de crisis que estamos viviendo. Contrario a lo que nos han dicho, no tenemos que estar felices todo el tiempo.

Como seres humanos buscamos tener control sobre todo lo que nos rodea, pero esta pandemia vino a recordarnos que eso es sencillamente imposible. La incertidumbre de no saber qué pasará ha generado demasiado malestar a nivel personal y social, que nos ha ido enseñando la importancia de reconocer nuestras limitaciones y comprender la complejidad de un fenómeno nuevo al que vamos adaptándonos poco a poco.

Lo cierto es que aún queda camino por recorrer, por ahora solamente está en nuestras manos seguir cuidando de nosotros y de los que nos rodean, cerrar el año manteniendo las medidas de protección que ya conocemos, continuar adaptándonos a esta realidad y así contar una mejor historia para el próximo año.

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