Así como los seres humanos necesitamos de un propósito que nos inspire y motive cada mañana, las empresas vistas como un ente con vida, también lo necesitan, más allá del objetivo de generar utilidades y la responsabilidad social. Algunos emprendedores tienen claro desde el principio el propósito de su empresa, mismo que está relacionado con su propósito de vida y sus talentos, esto le da un corazón a su negocio y por tanto los impulsa cada día a trabajar por él, como si fuera un hijo con quién hay que perseverar en su cuidado para que florezca a través de los años.

En el camino, ante los cambios y obstáculos que van enfrentando, pueden llegar a perderse y decaer en ánimo, si no tienen claro el propósito, que implica un porqué y para qué servir a ese mercado al que se dirigen y como mejorar su calidad de vida y la de sus colaboradores.

La mayoría de las empresas exitosas que han sobrevivido a través de décadas y se han convertido en un legado, iniciaron con la ilusión y un para qué de su existencia, lo cual les ayudó a mantenerse firmes ante las dificultades y los cambios en el entorno enfocándose en el cómo sí…

Los empresarios que tienen claro su propósito y además lo transmiten frecuentemente a sus equipos de trabajo, logran un mayor compromiso por parte de ellos, creando a su vez una mejor conexión emocional con sus clientes y la sociedad, lo que ayuda a tener una marca que inspira y genera lealtad.

En mis últimos 15 años de investigación, he descubierto que cuando el porqué de la empresa está claramente definido y es muy humano, crea contextos muy atractivos, se comprenden mejor cuáles son las preocupaciones del cliente y se crean productos y servicios cuyo valor agregado está en eliminarlas, ofreciendo seguridad, ahorro de energía y experiencias agradables que recordarán siempre.

Así que mi propuesta para ti que tienes una empresa, es que nunca pierdas de vista lo qué te motivó a abrirla, para que tu propósito guíe siempre su rumbo y las estrategias a seguir y, sobre todo, para inspirar y retar a todo tu equipo de trabajo, manteniendo una visión unificada y enfocada en crear una propuesta de valor que comprenda y conecte emocionalmente con tus clientes y la sociedad.

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