¿Te ha pasado que deseas hacer un stop a Facebook, X, Instagram, Threads, YouTube, Pinterest, Whatsapp y correos electrónicos? ¿Deseas por algún momento volver a los noventas o principios de los 2000 cuando hacías llamadas telefónicas, visitabas a las personas y convivías con ellas?

La tecnología se revolucionó del 2010 a la fecha y lo que parecía ser una herramienta eficaz para comunicarnos se ha convertido en un desgaste mental por estar sujetos a un celular o computadora donde hacemos muchas actividades personales, sociales o de trabajo.

Hoy en día cuando el celular mide el consumo de datos y la duración de las visitas en apps y sitios web que realizas, y aún así no podemos despegarnos del mundo digital. Esto nos va cansando mentalmente y aunque no lo vemos, sí lo sentimos y dejamos que se agote hasta nuestro último pensamiento para que finalmente nos desconectemos un poco.

Con datos de principios de este año, según GSMA Intelligence existen 5.61 billones de personas que tienen un celular y según Kepios 5 billones de personas utilizan alguna red social. Esto nos habla de una preponderante tendencia al consumo virtual de entretenimiento, trabajo o compras.

Las herramientas digitales no son malas, lo malo comienza cuando no controlamos el tiempo y el dispositivo se vuelve un órgano más de nuestro cuerpo sin darnos el descanso necesario que nos da paz mental y emocional.

Así como en la labor de relaciones públicas y comunicación estratégica, en el trabajo el internet y las apps son parte del diario y por ello es complicado desprendernos de ellas, sin embargo, requerimos atender a nuestro cuerpo cuando nos lo demanda.

Para ello es importante considerar:

Disciplina. Si el dispositivo es indispensable para hacer nuestro trabajo, usarlo estrictamente en el horario laboral.

Cuida tu salud. Así como dormimos para que se recupere nuestra salud física, es importante cuidar la salud mental.

Convive. Estar con las personas que amamos y deseamos estar como la familia y amistades, es esencial escucharlos y verlos de frente, para lo cual hay que olvidarnos del celular.

Ver a los ojos. No todo es Whatsapp ni teléfono, ni redes sociales. Requerimos mirar a los ojos para comunicarnos, por lo tanto, hay que volver a las bases para tocar, sentir y abrazar.

El amor comienza por nosotros, recordemos que una vida saludable hoy comienza controlando el celular.

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