Cuando hablamos de empresas familiares, un tema crítico que nos debemos cuestionar es:
¿qué hacer para lograr su supervivencia a largo plazo?

Para comenzar, es importante conocer algunas cifras. Las empresas familiares aportan más del 70% del PIB en la mayoría de los países del mundo, en México es un tanto más, ya que hay fuentes que estiman que aproximadamente 9 de cada 10 empresas son familiares. Esto nos muestra que son una gran fuente de empleo y riqueza para nuestro país.

Sin embargo, las cifras de aquellas que logran una sucesión exitosa, pueden resultar desalentadoras: aproximadamente 3 de cada 10 empresas pasan de primera a segunda generación, 1 de cada 10 pasa de segunda a tercera y no hay una estadística para las que lograron hacerlo a las siguientes generaciones, aunque existen también grandes empresas que han logrado sobrevivir más de 3 generaciones, por ejemplo, Kikkoman, Levi’s y Shell, entre otras.

Los datos anteriores plantean un gran reto para este tipo de empresas cuyo objetivo principal a largo plazo es la supervivencia. Para ello cuentan con fortalezas que se citan a continuación:

  • El compromiso y orgullo.
  • La visión a largo plazo del fundador.
  • El conocimiento del producto y mercado.
  • Una cultura estable basada en los valores de la familia.

Dentro de sus debilidades más comunes están:

  • La confusión de roles y la falta de congruencia entre el perfil del puesto y el ocupante del mismo.
  • Decisiones centralizadas cargadas de emotividad.
  • Nepotismo.
  • No separar los flujos económicos de la empresa y la familia.

Para lograr la supervivencia de la empresa existen varias estrategias, entre ellas, el procedimiento para la sucesión a la siguiente generación, sin embargo…

  • ¿Qué pasa si ninguno de los hijos del fundador quiere trabajar en ella?
  • ¿Se obliga a seguir con el legado, coartando su libertad de elegir el rumbo de su vida personal y profesional?

Una estrategia que puede ser útil es la integración vertical, que consiste en crear unidades de negocio, legalmente independientes, pero que proveen o son clientes de la empresa principal donde los hijos pueden ser los dueños de ellas.

Como recomendación final, es importante cuidar la comunicación entre los miembros de la familia y su capacidad para llegar a acuerdos de manera asertiva. Esto ayudará indudablemente junto con otras estrategias, a que la empresa logre su supervivencia a largo plazo.

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