Desde pequeña he sido fanática de varias cosas, fiel seguidora de películas como Harry Potter y Star Wars o grupos musicales como One Direction. Sí, mi nivel de fanatismo, hasta la actualidad, incluye comprar mercancía tipo libros, discos, playeras, etc., pero también tengo mi lado “obscuro”: la pasión por el deporte.

Crecí viendo fútbol, cada fin de semana era para ver a 22 sujetos corriendo detrás de un balón y mi equipo favorito era el de mi papá… las Águilas del América. Tenía mi jersey amarillo, me creía mi jugador favorito y me gustaba jugar fútbol en la clase de deportes, sin embargo, fui considerada “poco femenina”.

¿Por qué es complicado aceptar que las mujeres sean seguidoras o partícipes de deportes considerados “para hombres”? Alrededor de 1894, el barón de Coubertin, Pierre de Fredy, realizó el Congreso Internacional para la Instauración de los Juegos Olímpicos de la Era Moderna, donde dejó en claro que la mujer no debía participar en las actividades físicas por ser, en sus palabras, “aberrante y contrario a la salud pública”.  Afortunadamente, en 1922 Alice Millat fundó los Juegos Olímpicos Femeninos.

Mientras tanto, en México se tiene registro que el inicio del deporte en el país está marcado por las comunidades prehispánicas, donde las mujeres participaban de manera activa en juegos y competencias de significado religioso. Algunas de estas actividades fueron concebidas solo para ellas.

Regreso a la pregunta, ¿por qué es complicado aceptar que las mujeres sean seguidoras o partícipes en los deportes? Nadie nace sabiendo sobre futbol, basquetbol, boxeo, automovilismo, etc., pero sí crecemos conociendo, aprendiendo e incluso entrenando y para eso no hay roles de género.

Solo quiero dejar algo muy en claro, hace unos meses Christian Horner, director de la escudería Red Bull Racing de Fórmula 1, declaró “La F1 está trayendo una generación joven (…) está atrayendo a muchas chicas, porque todos estos jóvenes pilotos se ven geniales”. No, las chicas no somos fans de ciertas disciplinas porque los atletas son bien parecidos: nos gusta y entretiene el deporte.

Ahora, como fanática de la Fórmula 1, a veces discuto con los hombres en internet porque en pleno siglo XXI siguen creyendo que los autos son solo para “machos”, pero sin pena yo doy mis opiniones, apoyo a mis pilotos favoritos, le grito a la tele y compro mis gorras y jerseys.

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