Si hubiéramos escuchado hace algunos años la idea de poder consumir coctelería – mixología y al mismo tiempo saber que con algunas técnicas para ello podríamos ayudar al medio ambiente, tal vez ahora todos los restaurantes, bares y centros nocturnos tendrían esta modalidad.

Se trata de la coctelería sustentable, la tendencia en restaurantes en la ciudad que ya se ha adoptado y que ha generado el aplauso de más de uno de sus consumidores, al saber que de esa manera ponen su granito de arena para disminuir la contaminación y dar un respiro al planeta.

¿Pero de qué trata en sí la coctelería sustentable y por qué los restaurantes se han sumado a dicha iniciativa? Todo comenzó hace un par de años en el corazón de León, precisamente en la calle Pedro Moreno, donde una de las mezcalerías más populares de la ciudad decidió dar el primer paso que a la fecha ha reducido costos significativos.

Las extravagantes copas y los elegantes vasos de cristal o, en ocasiones, los utensilios desechables han migrado a contenedores reciclados de las mismas botellas de alcoholes y destilados, incluso en cáscaras de frutos como el coco. Llevando un proceso de sanitización y desinfección para después hacer un corte exacto y crear un vaso reciclado, uno de los principales recipientes de tan deliciosa mixología.

Pero el tema no termina ahí, pues para poder considerar un cóctel sustentable no basta con servirse en un recipiente reciclado. Y es que los ingredientes para su elaboración también deben de ser orgánicos. Por tal motivo, se ha apostado por crear huertos propios para los restaurantes, en donde se cosechan, frutas, verduras y especias, por ejemplo kiwis, fresas, tomates cherry, chile, piña, entre otros.

La creatividad de cada bartender se pone a prueba en cada trago. ¿Se imaginan tomar su cóctel en un vaso comestible de jamón deshidratado? Créanme que es un verdadero deleite y a su vez de gran ayuda para el medio ambiente.

Los invito a preguntar en las barras de sus restaurantes y bares favoritos por esta modalidad de bebidas la próxima vez que los visiten ¡Cheers!

Por Pablo Flores de CANIRAC

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