Actualmente, el consumo de bebidas vegetales ha ido en aumento debido a que representan una alternativa segura para personas intolerantes a la lactosa y veganos, o simplemente para quienes han decidido eliminar los lácteos de su dieta.
Estas bebidas son una excelente alternativa para llevar una alimentación equilibrada y saludable, ya que provienen de fuentes como avena, arroz, amaranto, almendras, nueces, soya o ajonjolí y sus principales beneficios son:
- No contienen lactosa ni colesterol por su origen vegetal.
- Aportan una buena cantidad de grasas saludables.
- Contienen un alto contenido de vitaminas del complejo B.
- Son fáciles de asimilar y digerir.
Por lo anterior, se han convertido en un producto ideal no solo para las personas que eligen llevar una dieta sana y equilibrada, sino también para aquellos grupos de población que no toleran la lactosa, o aquellas personas con problemas digestivos. A continuación se destacan algunos beneficios de las bebidas vegetales más populares:
Bebida de soya: es la más conocida, ya que su contenido de proteínas es el más parecido al de la leche de vaca. Es también rica en isoflavonas, sustancias que contribuyen a controlar el colesterol sanguíneo y pueden ayudar a prevenir ciertos tipos de cáncer relacionado con hormonas.
Bebida de avena: tiene un contenido de proteínas muy elevado y un excelente aporte de vitaminas del complejo B, las cuales son indispensables para el buen funcionamiento del sistema nervioso.
Bebida de almendras: es especialmente beneficiosa para los niños, ya que contiene L-arginina, un aminoácido esencial que estimula la hormona del crecimiento. Es también una buena fuente de calcio, hierro, magnesio, zinc y potasio y rica en vitaminas E y A.
Bebida de arroz: contiene más hidratos de cabono que la leche de vaca, pero no tanto calcio ni proteínas. Es de muy fácil digestión y tiene un sabor dulce de forma natural.
Cualquier bebida vegetal se puede tomar en cualquier momento del día, e incluso se pueden utilizar en la cocina en la elaboración de recetas. Siempre es recomendable la supervisión de un profesional de la salud.