Alimentos transgénicos y medio ambiente.

Por Luisa Nieto Balcázar.

 

Los alimentos transgénicos también conocidos como alimentos genéticamente modificados (GM) tienen un ADN modificado usando genes de otras plantas o animales. Actualmente, gracias a la biotecnología se puede transferir un gen de un organismo a otro para dotarle de alguna cualidad del que este carece.

 

Los posibles usos o beneficios de los alimentos transgénicos

son lograr :

 

  • Alimentos más nutritivos y apetitosos.
  • Plantas resistentes a la sequía y a las enfermedades, que requieren menos recursos ambientales (como agua y fertilizante).
  • Menos uso de pesticidas.
  • Aumento en el suministro de alimentos a un costo reducido y con una mayor vida útil.
  • Crecimiento más rápido en plantas y animales.
  • Alimentos con características más deseables, como papas que produzcan menos sustancias cancerígenas al freírlas.
Luisa Nieto by IG.
Fuente: Instagram.

Algunos de los alimentos transgénicos que podemos encontrar son el maíz transgénico (gracias a esta modificación el maíz es mucho más resistente a los insectos y herbicidas), papas transgénicas, tomates transgénicos, arroz transgénico, café transgénico, entre otros.

Desde la aparición de este tipo de alimentos existen posiciones enfrentadas entre los que están de acuerdo y aquellos expertos que están en contra de su utilización. Entre los beneficios que se mencionan es que son productos más resistentes a plagas, a las enfermedades y a productos herbicidas, que pasan por procesos de control rigurosos y exhaustivos constantemente y que mejoran sus características nutritivas (mayor contenido en vitaminas, minerales y aminoácidos esenciales).

Por otro lado se encuentran las desventajas de los alimentos transgénicos, entre estas se encuentran alergias, aparición de nuevos tóxicos y otros efectos inesperados. Otro impacto contraproducente es en cuanto al medio ambiente, ya que los años de experiencia en el cultivo de transgénicos han proporcionado evidencias científicas suficientes que demuestran sus impactos sobre el medio ambiente. Entre los principales problemas se encuentra el daño a la fauna del suelo y a otras especies de insectos beneficiosas, además de que es imposible prevenir la contaminación genética: no se puede contener el polen, transportado por el viento o las abejas. Una vez liberada una planta transgénica, es imposible evitar que contamine a sus equivalentes no transgénicos.

Por último, a nivel global se ha comprobado que los transgénicos multiplican el uso de herbicidas y otros agrotóxicos, con las consecuencias que esto supone para el medio ambiente y la salud humana, además muchos agricultores tienen graves problemas de control de malas hierbas, ya que las malas hierbas se están volviendo resistentes a los herbicidas asociados a los cultivos transgénicos.

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