Comienza el día… tu hija no se apura a estar lista para llevarla a la escuela y el tráfico está impresionante; llegas a tu trabajo y encuentras a tu equipo estresado porque hay un retraso con un cliente, te desconcentras y no sabes qué atender primero…
¿Cuántas veces te han pasado situaciones donde tienes la presión al tope y no sabes cómo regresar al equilibrio? Incluso cometes errores y olvidas pendientes; y todo esto está afectando tu cuerpo, pero, ¿dónde está el problema realmente? En tu mente.
Y es cuando el cortisol – la hormona del estrés – que liberamos hace de las suyas y nos pone en modo supervivencia impidiéndonos pensar con claridad y afectándonos físicamente. Por ello, es importante aplicar estrategias que nos permitan regresar a nuestra estabilidad tanto físico como mental.
Un adulto duerme en promedio siete horas, por lo tanto, está despierto mil 20 minutos al día, mismos que se pueden optimizar si tenemos una agenda que seguir para gestionar bien nuestro tiempo. Claro, siempre y cuando las actividades que tengamos en ella estén alineadas al logro de nuestras metas y mantengan una armonía entre nuestras tres esferas de vida: personal, social y profesional. Este es el primer paso para prevenir el agobio diario.
Además, te comparto otras estrategias que puedes utilizar: