El secreto detrás de las grandes decisiones

Para comenzar quisiera explicar la diferencia entre cambio y transición. El cambio es un evento externo que comienza con algo nuevo y pone fin a lo que era antes, ocurriendo en un tiempo definido y manejándose a nivel racional. Por su parte, la transición es un proceso de reorientación psicológica en un periodo de tiempo en el que está sucediendo el cambio. Es una experiencia interna que puede llevar más tiempo, adaptación y se maneja a nivel emocional.

Resiliencia estratégica

En este contexto, ante un cambio, el foco y la estrategia se deben trabajar mientras ocurre la transición para lograr un mejor manejo y genere resultados positivos, aunque también debemos reconocer que habrá pérdidas. Aquí es donde hablamos de resiliencia estratégica, como la capacidad de enfrentar los cambios, adaptarse, generar nuevas formas de hacer las cosas y alcanzar mejores resultados que antes.

Para ello requerimos una mentalidad fuerte pero flexible, una autoconfianza lo suficientemente grande como para sabernos seguros de poder lograrlo y esto requiere trabajo personal, adquirir nuevas habilidades y mantener una visión estratégica y sistémica.

Resiliencia estratégica

Sabemos que todo lo anterior genera miedo y resistencia, que es el principal obstáculo, sin embargo, es necesario conocer que el miedo es nuestro instinto protector y surge ante lo desconocido y aquí es justamente donde existe la oportunidad de recrearnos con un liderazgo ágil, humano y práctico.

El liderazgo real se trata de traducir la complejidad del cambio en claridad de ejecución, promoviendo una cultura y ambiente propicios para la creatividad, alineando al equipo con rapidez y foco operativo. Esto es resiliencia estratégica.

En un mercado tan competitivo, el mayor reto es lograr una alineación fluida entre personas, procesos y cultura que impulse resultados duraderos y dejar de asumir que los cambios y transiciones no afectarán a nuestras organizaciones.

Sin embargo, si queremos transformarnos y transformar nuestro entorno, no solo debemos hacer la transición ante los eventos que ocurran, también, los podemos provocar e impulsar, anticipándonos para desarrollar equipos de alto rendimiento, preparados para cualquier cambio, evitando la resistencia y marcando la diferencia en innovación para un crecimiento sostenido.

Así que la resiliencia estratégica nos ayuda a crecer como líderes y como personas, aprendiendo a manejarnos con inteligencia ante la adversidad, entregando resultados medibles que nos lleven al crecimiento personal, profesional y organizacional.