“Los emprendedores deben hacer sacrificios”, “Los emprendedores deben dar muestras gratis para que sus clientes los conozcan”, “Los emprendedores no tienen un sueldo porque tienen que cubrir primero sus gastos y costos” … ¡Vaya, con esas motivaciones no dan muchas ganas de ser emprendedor!

A los 22 años me lancé a la aventura de ser independiente, montar mi propia oficina y emprender mi propio negocio, por lo que a continuación les comparto los paradigmas que tuve que romper y los aprendizajes que me dejó:

Los emprendedores no tienen sueldo. Se trata de romper el paradigma de la seguridad que te da recibir cada quincena una remuneración como empleado. De caer en la zona de confort donde quizá no estoy 100% satisfecho, pero me siento seguro de tener un ingreso y salir con mis gastos. El tener la seguridad de un sueldo se vuelve tu principal enemigo para emprender.

Nunca regales tu trabajo. No confundas el marketing y las promociones con regalar tu trabajo. Si regalas tu trabajo también puedes generar desconfianza en el cliente, ya que podría dudar de tus capacidades, tu producto o servicio; si regalas tu trabajo la primera vez, será más difícil cobrar lo justo la siguiente vez.

Aprovecha el tiempo. Cuando uno es su propio jefe, debes de tener una mayor disciplina; define tus horarios, aprovecha al máximo tus tiempos, incluso si tienes espacios libres, visita prospectos, participa en asociaciones comerciales o profesionales, no pierdas tiempo, pues como dice el dicho “time is money”.

 

Mantente actualizado. La capacitación y preparación constante es muy importante para mantenerte al día. Innovar, generar nuevas opciones para tus clientes, y descubrir nuevas formas de hacer negocio; la actualización constante debe ser una rutina y compromiso diario, no lo dejes como una actividad para hacer en tus tiempos libres.

El principal reto de los emprendedores es romper sus paradigmas, renunciar a su zona de confort y tener una visión amplia para identificar las necesidades de su comunidad y descubrir la manera de poder satisfacerlas con su producto o servicio. 

Los emprendedores no tienen sueldo, porque el aferrarse a un sueldo limita su pensamiento, su creatividad y su hambre de crecimiento.  

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