Cuando los filisteos estaban invadiendo al pueblo judío, enviaron al centro del campo de batalla a Goliat, un hombre gigante, con armadura de pies a cabeza, espada y lanza en mano, imponente, fuerte y al parecer invencible.
El rey Saúl, por su parte, buscó entre sus ejércitos alguien que pudiera vencer a Goliat, pero nadie tuvo el valor para enfrentarse a una muerte segura; entonces apareció David, un joven pastor, flaco, armado con una honda y una piedra. El resto de la historia ya la conocen.
En los negocios y en cualquier ámbito de la vida nos enfrentamos a gigantes, competidores de gran tamaño y alcance, grandes empresas con capital ilimitado; pero también nos enfrentamos a gigantes internos que nos oprimen, nos atemorizan y nos gritan día a día en nuestro interior que no estamos preparados, que aún no estamos listos, que no somos lo suficientemente capaces. Es aquí cuando podemos aprender mucho de la historia de David y Goliat:
1. Las fortalezas también pueden ser las debilidades
Goliat era grande, fuerte, pero a la vez pesado, con gran cantidad de metal encima que lo hacia lento. Las grandes empresas también tienen puntos débiles; por ejemplo: la lejanía con su cliente, la gran carga administrativa y operativa. Tus gigantes internos pierden su fuerza si los ignoras y te enfocas.
2. Una cosa es conocer al enemigo y otra compararse
Cuando solo nos enfocamos en las ventajas que tienen nuestros “adversarios” perdemos de vista las ventajas que nosotros tenemos. Es muy común compararnos en lo personal con los demás, pero esos pensamientos nos hacen olvidarnos de lo que sí somos, lo que sí hemos desarrollado, aprendido y perfeccionado, ese sello único que nos caracteriza.
3. No existe un solo camino
Estamos acostumbrados a que solo existe una forma de hacer las cosas, solo existe un camino al éxito. La realidad es que la innovación, el conocimiento y el romper con paradigmas es lo que dio el triunfo a David y a los negocios que se han aventurado a explorar nuevos caminos y otras formas de aprovechar sus habilidades para enfrentarse a sus gigantes.
4. Enfócate en tus habilidades
La fortaleza de David era ser el mejor en el tiro con honda, todos los días practicaba y perfeccionaba su habilidad. ¿Cuál es tu habilidad, tu fortaleza? Enfócate en ella y perfecciónala, sé el mejor, prepárate, ponlo en práctica y sé constante
5. Desafía tu esfuerzo
Todo negocio, emprendimiento, crecimiento personal o lucha, tiene sus costos, los más baratos son aquellos que se compran con dinero; los más valiosos y que implican un mayor esfuerzo son los que implican tiempo, capacitación, conocimiento, entrega, estudio y creatividad.
6. Ten fe en ti mismo
Si estás enfocado, si conoces tu fortaleza y has trabajado con esfuerzo y dedicación en ella, si estás dispuesto a romper los paradigmas y forjar tu propio camino, entonces no tengas miedo de dar un paso al frente para enfrentarte a tus gigantes.
En la vida siempre nos enfrentamos a gigantes, nunca olvides que también han existido muchos “David” y tú puedes ser uno de ellos.
“Goliat asume que David va a aceptar una lucha de igual a igual, sin embargo, David no tiene ninguna intención de seguir el ritual del uno contra uno… pretende luchar con Goliat del modo en que ha aprendido a luchar con los animales salvajes, como un artillero.”
-Malcolm Gladwell, David y Goliat.