El calentamiento global ha ocasionado que cada vez el invierno y el verano sean más parecidos, lo cual deja ver que el cambio climático es una realidad inminente que afecta muchos ámbitos de nuestra vida, incluída nuestra alimentación.

La variación de las temperaturas ha generado un impacto negativo en campos y huertos de todo el mundo y ha obligado a muchos agricultores a tomar medidas para enfrentarse a las sequías, inundaciones y heladas.

Así como el cambio climático afecta negativamente al estilo de vida y la alimentación, también estos contribuyen al fenómeno, por lo que, si deseamos colaborar en aminorar sus efectos negativos, debemos tener en cuenta qué es una relación bidireccional.

Refiriéndonos a la producción agrícola de alimentos, un campo de cultivo puede verse afectado tanto por una sequía como por una inundación, y lo que en realidad necesita la agricultura es un clima estable para producir adecuadamente para evitar la pérdida de los bosques, así como cambios en la reproducción y distribución de algunos animales como aves, insectos y peces.

Por otra parte, la agricultura no solo es víctima de esta realidad, ya que es un factor que contribuye a más en envasado, transportación y almacenamiento, liberando una gran cantidad de gases de efecto invernadero a la atmósfera.

Es momento de cambiar nuestro estilo de vida, pues los cambios en las pautas de consumo de alimentos pueden contribuir a frenar al calentamiento global. Aquí te doy algunos consejos:

  1. Consulta los ingredientes.
  2. Investiga sobre las marcas.
  3. Compara con productores locales.
  4. Deja de consumir o reduce el consumo de alimentos insostenibles.
  5. Consume productos orgánicos.

Si bien el cambio climático es una realidad, los pequeños cambios que hagamos día a día como individuos pueden contribuir a aminorar sus efectos y prolongar nuestra calidad de vida en el planeta.

Comparte: