Cuando hablamos de deporte de alto rendimiento, es inevitable pasar por alto el entrenamiento que día con día deben realizar los atletas para conseguir su máximo desempeño. Este entrenamiento se divide en dos: el visible y el invisible.

El entrenamiento visible es ese trabajo realizado en cancha o en campo de manera habitual, es decir, el que “podemos ver”, pues es el que realiza el atleta durante su práctica diaria, en presencia de alguien más, por ejemplo, su entrenador. 

Por otro lado, el entrenamiento invisible es todo aquello que realiza (o debería realizar) el deportista para seguir creciendo y aumentando su rendimiento deportivo, pero que se lleva fuera del campo o cancha y por lo tanto “no se ve”. Está compuesto por 4 elementos:

  • Trabajo psicológico.
  • Descanso y sueño.
  • Alimentación e hidratación.
  • Actividades recreativas e higiene.

Seguramente te estás preguntando, ¿esto qué tiene que ver con el emprendimiento? Bueno, pues más de lo que crees, enseguida te lo cuento.

Todo emprendedor está constantemente trabajando para alcanzar el éxito, se prepara arduamente para su lanzar su proyecto, se enfoca en él y destina todos sus esfuerzos para mejorarlo. 

Cuando buscamos emprender a un alto rendimiento, podemos tomar de ejemplo el deporte, como diría el Director de DNA Human Capital, Murilo Arruda: “En el deporte como en los negocios, la clave está en maximizar las

fortalezas y establecer las estrategias de defensa para contrarrestar sus debilidades; de esta manera se logra desarrollar el máximo potencial”.

No obstante, el emprendedor se concentra demasiado en las actividades visibles del día a día, pero ignora la importancia de su entrenamiento invisible, las cuales pueden marcar la diferencia para alcanzar ese alto rendimiento en su proyecto.

A continuación, te presento algunas pautas a seguir para comenzar tu entrenamiento invisible:

  • Trabajo psicológico. Desarrollar técnicas de afrontamiento para el estrés y las emociones, pueden ayudar en gran medida al desarrollo del emprendedor.
  • Descanso y sueño. Dormir adecuadamente es necesario e indispensable, es clave en el proceso de recuperación, después de un día de trabajo arduo.
  • Alimentación e hidratación. Entre tantas actividades y reuniones, las comidas se dejan en un segundo (o tercer) plano. Darle prioridad te ayudará a sentirte con mayor energía y rendir mejor en el día.
  • Actividades recreativas e higiene. Busca algún pasatiempo que te ayude a distraerte. ¿Sabías que no solo existe la higiene personal? Todo emprendedor también debe considerar la higiene postural (cuidado de tu postura, sobre todo al pasar mucho tiempo en la computadora) y la higiene física (cuidado de los espacios y condiciones donde trabajas o habitas).

Así como en el deporte, el entrenamiento invisible es capaz de marcar la diferencia entre un buen emprendedor y un excelente emprendedor, ¡ponte en acción!

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