Pensar saludables para una vida saludable
Se dice que la calidad de nuestra vida depende de la calidad de nuestros hábitos, pero ¿qué sucede cuando nuestros hábitos de pensamiento nos están saboteando?
Los hábitos que más influyen en nuestra vida son los relacionados con nuestra salud:
- Alimentación
- Descanso
- Ejercicio
- Movimiento
En cada una de esas áreas existen factores externos que pueden complicar ese deseado balance saludable. No obstante, por lo general damos mucha importancia a esos factores que no controlamos y nos encargamos poco de lo que sí podemos controlar.
En esta ocasión, te compartiré algunas claves para educar tus pensamientos y orientarlos eficazmente para llevarte a conseguir una vida más saludable.
Clave #1: Piensa en grande, comienza pequeño
Si estás esperando sentirte 100% motivado para poder comenzar, ¡nunca vas a empezar! Si tan solo te detuvieras a pensar en todo aquello que sí puedes controlar y aceptaras que no hay momentos perfectos, créeme que ya habrías comenzado.
Clave #2: Piensa en el qué, cuándo y dónde
Establecer esto con anticipación te va a facilitar el llevar a cabo la nueva acción. Repetirnos a nosotros mismos el qué queremos conseguir, cuándo lo queremos conseguir y dónde lo queremos conseguir, es la base para determinar acciones precisas y objetivos alcanzables.
Clave #3: Agrega un signo de interrogación
Todos podemos llegar a tener pensamientos desagradables o derrotistas; una forma eficaz para dirigir ese pensamiento de mejor manera es agregar un signo de interrogación al final de la frase.
Por ejemplo “No sirvo para hacer ejercicio” à “En serio no sirvo para hacer ejercicio?”
De este modo podrás pensar dos veces esa idea y verla de manera más objetiva, en lugar de tomarlo como verdadero de forma inmediata.
Clave #4: Agrega un “por ahora”
Es parecida a la clave anterior, pero en este caso lo que debes agregar a ese pensamiento es un “todavía” al principio de la frase, eso evitará que el pensamiento parezca una realidad estática que no se puede cambiar y le da una percepción de mejora a futuro.
Por ejemplo: “No soy bueno haciendo lagartijas” à “Todavía no soy bueno haciendo lagartijas”.
¿Qué te parecieron las claves? Te invito a ponerlas en práctica para que puedas ayudarte a conseguir una vida más saludable comenzando desde tus pensamientos. ¡Pensemos saludable!