Rodrigo Merchán, cirujano plástico reconstructivo, se considera como una persona aguerrida y apasionada por lo que hace. Esto le ha permitido enfrentarse a todos los retos que la vida le ha puesto y salir adelante, entre ellos un accidente que lo dejó en silla de ruedas, pero que también le dejó grandes aprendizajes y un agradecimiento infinito por estar vivo. Hoy, como director de Morphe, nos cuenta un poco de su historia.

Compártenos, ¿cómo decides formarte como cirujano plástico?

Fue por una experiencia personal. Un día hice un viaje a Cancún con mis padres y conocí a una adolescente que tenía malformaciones y, aunque ella era feliz, sus padres sufrían por la forma en como la gente la veía. Pensé lo gratificante que sería poder ayudar a cambiar las vidas de estas personas, y eso es justo lo que un cirujano reconstructivo hace, esa fue la razón.

¿Qué es lo que más te apasiona de tu profesión?

El cambio de las personas que acuden conmigo; colaborar para que se sientan mejor consigo mismas y ver cómo se convierten en personas más felices, productivas y seguras es una gran satisfacción, pues hay ciertas condiciones estéticas que los afectaron durante su desarrollo, sufriendo bullying y todo lo que esto conlleva. Una cirugía de una hora puede quitar traumas o estigmas que la sociedad lamentablemente impone.

Durante tu trayectoria, ¿cuál ha sido el principal obstáculo al que te has enfrentado?

Que tuve que romper muchos paradigmas al ser el primer médico en silla de ruedas en el país que estudió la especialidad. Para empezar, fue sumamente difícil entrar a la especialidad por lo mismo, ya que no creían que pudiera ejercer mi profesión al estar limitado en movimiento, sin embargo, buscamos por todo el mundo una silla que se adecuara a mis necesidades y logré el máximo desempeño, como cualquiera de mis compañeros.

Después de tu accidente, ¿cómo fue el proceso de reincorporarte a tus actividades?

Fue un proceso muy largo. Cuando estuve en el hospital siempre fui una persona muy atlética y que todo lo que se proponía lo lograba, por lo que pensé que esto era un bachecito más y era cuestión de unos meses para recuperarme, pero para mi sorpresa no fue así.

Pasaron los meses y me fui preparando físicamente, con la esperanza de que en algún momento comenzaría a moverme o sentir algo, pero con el paso del tiempo no fue así. Entonces tomé la decisión de que mi vida no dependería de si caminaba o no, ya que tenía otros objetivos, como convertirme en cirujano plástico; eso fue lo que me motivó a que después de un año de terapia y una incansable búsqueda por todo el mundo, regresé a estudiar para lograr una de mis metas: mi realización profesional.

Háblanos de Morphe, ¿cómo decides iniciar tu propia clínica?

Por lo general, en el rubro de la cirugía plástica los doctores manejan su nombre como marca, pero quise ponerle una palabra que definiera lo que hago, así llega Morphe, que en latín significa forma, y eso va de la mano con lo que hago; esculpo el cuerpo, mejoro ciertas partes y le doy forma.

Ponemos desde implantes de cabello hasta de pantorrilla y lipoesculturas, además de que atendemos pacientes con paladar hendido, con secuelas de cáncer de mama, quemaduras, mejorando su calidad de vida, apariencia y autoestima. También algo que me apasiona es la cirugía de mano.

Sabemos que colaboras con la fundación Don Bosco sobre ruedas, ¿qué nos podrías decir al respecto?

Esta fundación tiene trabajadores sociales en todos los hospitales públicos para brindar apoyo a personas de bajos recursos, ya que cuando tú o alguien de tu familia se encuentra en una situación así, es importante que alguien te guíe a ti y a tu familia.

Lo que hacemos en la fundación Don Bosco es captar a la persona desde cero y darle todas las herramientas psicológicas y físicas que se puedan, en este caso que son las sillas de ruedas y los suplementos que necesitan para que pueda reincorporarse a la sociedad, además de buscar orientación vocacional para que puedan ocuparse en algo y no deprimirse.

¿Cuáles son tus próximos planes?

Seguir creciendo. Hace tres años que egresé de Cirugía Plástica y esto es de operar y ganar mucha experiencia en lo quirúrgico y seguir aprendiendo constantemente, por eso me voy a cursos de manera frecuente. El año pasado me fui a Colombia porque por muchos años que tengamos en una profesión, siempre surge algo nuevo que nos permite atender de forma integral a nuestros pacientes.

“Agradezco ver el impacto que tengo en otras personas, realmente soy una persona afortunada que puede realizar todo”

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