Gabriela Naranjo es licenciada en Derecho por la Universidad Iberoamericana León, maestra en Educación Media Superior, Derecho Constitucional y Amparo, doctoranda en Estudio Jurídicos, además de desempeñarse como Coordinadora de la Licenciatura en Derecho de la Ibero León. Mujer apasionada de la educación, en la academia encontró su vocación.

¿Cómo llegas a la coordinación de Derecho en la Ibero?

Ya teniendo una trayectoria profesional en el ámbito educativo, me acerqué a la Ibero León para impartir cátedra; cuando las autoridades conocieron mi experiencia, me invitaron a diseñar un programa para fortalecer la calidad formativa de la escuela de Derecho. En el desarrollo de ese proyecto me invitaron a asumir la Coordinación de la licenciatura y así fue como inicié esta aventura que ha estado llena de un sinfín de aprendizajes y muy gratas experiencias.

Desde tu punto de vista, ¿cuáles son las principales habilidades que todo estudiante de Derecho debe tener.

Creo que algunas de las más importantes son el contar con una amplia visión, pensamiento crítico e interés por la interpretación y argumentación jurídica, a fin de poder brindar innovadoras alternativas y soluciones frente a las necesidades y problemas legales que deban resolver en el futuro.

En tu experiencia, ¿cuál ha sido el papel de las mujeres profesionales en Derecho?

Hacernos visibles, dar cuenta de nuestras capacidades y habilidades para desempeñarnos con éxito en el mundo de la abogacía, y sobre todo, de llevar la perspectiva de género a los diversos espacios de ejercicio de poder y toma de decisión que vamos ocupando, situaciones que no estaban consideradas por el simple hecho de no estar presentes en muchos de esos espacios, y que ahora obliga a tener que considerar porque estamos ahí.

¿Cuáles son los factores que pueden incidir en una mayor participación de las mujeres?

Hay que reconocer que ha habido un cambio de paradigma en cuanto al proyecto de vida que mujeres privilegiadas podemos construir y que va de considerar como una opción muy viable el tener acceso a estudios superiores y al desarrollo de un plan de vida en el ámbito profesional.

De romper el techo de cristal para llegar a ocupar espacios de ejercicio de poder y toma de decisiones en instituciones públicas y privadas; incluso sin considerar el tema del acceso a la educación superior, también va del empoderamiento para ser actoras sociales con mayores oportunidades de participación y elección de nuestros propios destinos.

¿De qué manera la Ibero León ha promovido una mayor inclusión de las mujeres en el gremio?

En inicio, desde el escenario en el que el ingreso a los estudios profesionales es en igualdad de condiciones para candidatos y candidatas, en las aulas tenemos un poco más de mujeres en formación profesional que varones. Además, procuramos que en los diversos espacios de formación y participación extracurricular contemos con intervención activa de alumnas.

De igual forma se ha promovido la integración al equipo docente de más mujeres juristas, con la finalidad no solo de normalizar nuestra presencia en la vida profesional, sino para contar con modelos de rol que inspiren a nuestras estudiantes y futuras abogadas a visibilizarse como exitosas profesionistas de la ciencia jurídica.

¿Cuáles son los próximos planes en la coordinación de la licenciatura de Derecho en la Ibero León?

Vamos de a poco regresando a la presencialidad después de la crisis que hemos vivido socialmente derivada de la emergencia sanitaria por la pandemia; es nuestro proyecto retomar nuestras actividades de participación presencial nacional e internacional en competencias sobre la Corte Interamericana de Derechos Humanos en las que hemos tenido presencia en Estados Unidos, Costa Rica y, por supuesto en México.

Por otra parte, tenemos el plan de fortalecer la publicación de resultados de investigaciones realizadas por nuestra comunidad estudiantil, a través de la Colección Síntesis Universitaria en la que ya algunos y algunas estudiantes han logrado las ediciones de libros de divulgación de su autoría.

“Hay una clara cultura institucional que nos lleva a escuchar con apertura a nuestras alumnas, en sus exigencias e inquietudes”

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