Representante del colectivo Madres Guerreras de León, desde 2017 busca a su hijo Lucio, quien desapareció el 30 de agosto bajo extrañas circunstancias
Mujer hogareña, esposa amorosa y madre muy cercana a sus hijos, la vida cambiaría de un día para otro al desaparecer el mayor de sus hijos, Lucio Uriel, quien entonces tuviera 21 años. Joven humilde, alegre y cariñoso, vivía con su pareja y su pequeña hija de tan solo un año. En el marco del Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, nos acercamos a esta madre buscadora, quien a través de Madres Guerreras de León y casi un centenar de familias, buscan incansablemente a sus familiares desaparecidos.
Para comenzar la entrevista, me gustaría que me compartieras cómo fue aquel 30 de agosto de 2017.
Lucio recibió una llamada ese día por parte de unos supuestos amigos para pedirle que los ayudara a hacer funcionar una motocicleta en Walmart Torres Landa y él accedió a ir, sin embargo, mi hijo ya no regresó. Al día siguiente, su pareja me llamó para avisarme que Lucio no había llegado a dormir. Intentamos localizarlo a través de su teléfono, pero estaba apagado. A partir de entonces, mi esposo y yo nos dedicamos los siguientes meses a buscarlo. De las personas con las que se vio, yo no sabía quiénes eran realmente. Mi hijo vendía tenis y tengo entendido que eran sus clientes, más no sus amigos.
¿Qué pasa con las autoridades, Martha?
Porque por algo existen estos colectivos, ¿no? La verdad es que las autoridades hacen muy poco. El impulso al protocolo homologado de búsqueda lo impulsamos los colectivos, que la mayoría de las veces, damos más resultados que las autoridades. Sí, estamos en comunicación y nos coordinamos con ellas, pero al final hacemos más los colectivos
¿Cómo funciona un colectivo? ¿Todos participan en los casos de las otras personas?
Yo inicié Madres Guerreras de León porque ya no nos apoyaban. Inicié con seis familias a los tres o cuatro años de la desaparición de Lucio. Y fue con el interés de encontrar respuestas, porque me queda claro que nadie lo va a hacer como yo lo estoy buscando.
Además, la comida ya faltaba en casa, porque nos dedicábamos a la búsqueda día y noche. Es así que decidimos que yo seguiría en la búsqueda y mi esposo se encargaría de la familia.
¿Y cómo le haces para tener tanta resiliencia y fuerza?
Dios y nuestra Madre Santísima me la da. He estado en procesos muy difíciles y tristes, perder un hijo y no saber de él no es fácil. Además, tienes que lidiar con las críticas de la gente, porque te dicen que tu hijo andaba en malos pasos. Y no, quiero dejar claro que no todos los desaparecidos tienen vínculos con el crimen organizado, eso te lo puedo asegurar yo.
¿Cómo es pertenecer a un colectivo?
Hay familias que tienen dudas de un lugar, de un predio donde probablemente estén sus hijos o hijas; ya sean en casas, cerros, predios o donde lleguen mensajes a la página de “vayan y busquen en tal lado”. Se le notifica a la comisión de búsqueda y se le hacen saber los detalles, nos programan una fecha para la búsqueda y vamos. También se hace la invitación a todos los colectivos de todo el estado de Guanajuato, quien guste participar en la búsqueda.
¿Te gustaría utilizar este espacio para darle un mensaje a Lucio, tu hijo?
Que no me voy a rendir, hijo, que donde quiera que estés, Dios te bendice. Tu mamá sigue en la lucha y te voy a encontrar, como sea, pero te voy a encontrar.