En la búsqueda del crecimiento constante en todo lo que hace, desde muy joven decidió incursionar en el sector gastronómico
Joven inquieto y con ganas de triunfar en el competido mundo culinario, es egresado de la licenciatura en Desarrollo Turístico y Hospitalidad por la Ibero León. Como director general del restaurante La Virgen de la Cueva, ubicado en Guanajuato Capital, está continuamente mejorando en todos los aspectos de su vida, tanto personal como profesional, para brindar un mejor servicio a sus comensales. Tuvimos la oportunidad de platicar con él para que nos compartiera cómo ha sido emprender.
Jair, ¿cómo inicia tu trayectoria en el sector gastronómico?
Hace ocho años que terminé mi carrera, por lo que me fui a trabajar con mi papá al restaurante Casa Valadez, donde me puso a prueba en diversas áreas para que aprendiera lo que conlleva dirigir un restaurante. Aprendí de él y sobre todo del ambiente restaurantero, hasta que logré la dirección general de La Virgen de la Cueva. Aquí he tenido grandes desafíos, porque sabes del negocio hasta que lo vives y experimentas, pero he salido adelante gracias a muchas personas a mi alrededor.
Platícanos de tu experiencia como director general de La Virgen de la Cueva en Guanajuato Capital.
Ha sido una experiencia llena de retos. Hasta la fecha sigo aprendiendo y cuento con el apoyo de mi familia, sobre todo de mi papá, quien se ha convertido además en mi mentor. Por otro lado, tengo varios amigos que también se dedican al sector y disfruto demasiado cuando entre pláticas nos compartimos experiencias que suman a todos. También he estado muy cerca de la CANIRAC, y todo esto hace que genere más conocimientos que pongo en práctica.
En los ocho años que llevo en la dirección del restaurante me he dado cuenta que este tipo de negocios están llenos de detalles, desde que llega el cliente, durante su estancia y hasta que se va. Considero que es una gran responsabilidad lograr que el cliente se vaya con un buen sabor de boca, porque cualquier detalle puede arruinar su experiencia. Este negocio se trata de improvisar ante cualquier situación, y no bloquearte o frustrarte.
¿Qué herramientas te brindó la Ibero León para poder desarrollarte?
Primeramente, los conocimientos básicos para la administración de una empresa turística, sin embargo, también es importante mencionar que, como universidad jesuita, se enfoca en la parte humana y de desarrollo emocional, para tener mayor sensibilidad hacia las personas, y eso es muy importante para poder conectar con tu equipo de colaboradores y los comensales.
¿Cuáles son tus próximos planes?
Estamos apostando por la expansión. En el centro de Guanajuato tenemos dos proyectos arriba del restaurante sede, Casa Valadez. Se trata de realizar tanto la expansión como una terraza con un concepto más informal, para un mercado más joven que busque una alternativa a los antros tradicionales.
“Ser creador de experiencias significa un gran compromiso”
¿Cuál ha sido el reconocimiento más importante que has recibido hasta ahora?, ¿qué significa para ti?
Tenemos el Metro a mejor experiencia teatral del año por Siete Veces Adiós. Aunque realmente el mejor reconocimiento es el del espectador, el que alguien haya visto la peli, la obra, un sketch, lo que sea y que te diga que se rio o que se conmovió.
Al final, ese es mi trabajo: lograr que un desconocido vaya al teatro, prenda la tele, se entretenga y que, con suerte, el contenido que vieron les genere una conversación y se cuestionen algo, no importa si es desde la comedia o el drama, pero que algo suceda.
¿Qué consejo le darías a los nuevos emprendedores?
Si van a emprender algún restaurante o proyecto gastronómico, debe apasionarles de verdad. No es un sector fácil, comenzando con la competencia y las nuevas tendencias que van saliendo en el mercado.
Además, es un trabajo muy demandante que requiere de carácter y paciencia. Pareciera sencillo solo abrir un negocio y decir: ahorita vengo, voy a otro lado, y no es así; un restaurante exige mucho tiempo, requiere que estés presente y atento a todos los detalles.
Otro punto importante que me gustaría compartir, es que, si van a emprender en sociedad, que tengan cuidado y se aseguren que sean personas de su total confianza. Esto ocurre en cualquier tipo de negocio, pero hay que tomar sus debidas precauciones.