Desde niño me atrapó el mundo de la cocina. Crecí viendo programas de comida y observando a mis abuelitas cocinar. Siempre tuve más ganas de probar que de cocinar, pero me fascinaba todo lo que pasaba alrededor de una buena mesa.

Con el tiempo, también empecé a interesarme por las redes sociales y la creación de contenido, aunque al principio lo hacía de forma personal. Al final, combinar ese gusto por la comida con las redes fue lo que dio vida a Gorditos por Gto, una forma de compartir todo eso que siempre me ha apasionado.

Aunque claro, también es muy importante mencionar que quien me plantó la idea de hacer este tipo de contenido fue mi novia Ana Lineth. Ella vive en Guadalajara, donde hay muchos creadores haciendo cosas similares, y fue quien me los mostró.

En cuanto los vi, supe que yo también quería hacerlo. Me animé a empezar y poco a poco se fue dando todo, pero sin duda fue ella quien me dio el empujón que necesitaba.

Que la gente se atreva a conocer opciones nuevas. Quiero que descubran rincones que valen la pena, que muchas veces están medio escondidos o simplemente no se les ha hecho justicia.

También busco apoyar a los negocios que van empezando, ayudándolos a crecer junto conmigo. La verdad se siente muy bien ver que un lugar al que fuiste a grabar, y que estaba vacío, de repente tenga filas de gente queriendo probar lo que tú mostraste.

Eso se traduce en ganancias reales para ellos, tanto en ventas como en clientes que pueden quedarse a largo plazo, aunque claro, ya depende de cada negocio aprovechar esa oportunidad y consolidarse. Me llena de orgullo cuando algo así pasa a partir de un video mío.

Y el nombre salió en una lluvia de ideas, buscando algo que tuviera que ver con la comida y conmigo. Nunca he sido una persona delgada, así que sabía que tenía que llevar la palabra gordito. Y mejor en plural, para crear comunidad, porque todos llevamos un gordito dentro que ama la comida.

Al principio quedó el nombre de Gorditos Culinarios. Me encantaba, rimaba, era fácil de recordar, pero me topé con que alguien en Guadalajara ya tenía registrado “Gordo Culinario” en el INPI, así que para evitar problemas, lo cambié por lo que hoy es Gorditos por Gto. Espero que en algún momento pueda retomar el nombre original para abarcar no solo Guanajuato, sino todo México y por qué no, el mundo.

Para elegir los lugares que visito, el 80% depende de que me guste la comida, el 15% del servicio y el 5% de la estética del lugar y los platillos. Pero claro, hay que recordar que en gustos se rompen géneros. Lo que me gusta a mí no significa que te vaya a gustar a ti, y esa es una de las mayores polémicas entre los creadores que recomendamos lugares, porque no somos críticos gastronómicos.

Más bien, mi recomendación es para que te animes a probar algo diferente, con algunas sugerencias de platillos para que elijas lo que más te llame la atención o se te antoje.

También es cierto que a veces me pueden dar mejor servicio o presentación cuando grabo un video porque me reconocen, pero que tú vayas y recibas algo diferente a lo que viste ya está fuera de mi control; eso es responsabilidad del restaurante.

La gente a veces se me va encima por eso, y aunque me gustaría poder hacer algo, no puedo. Por eso, siempre aviso a los encargados para que estén preparados cuando salga el video, y así puedan darles a todos el mismo buen servicio y comida que me tocó a mí, para que salgan igual de encantados.