Posicionados como una de las casas de modas más representativas de México, Iann Dey enaltece la moda con propuestas disruptivas
Las mentes creativas detrás del proyecto Iann Dey, fusionan la tradición mexicana con moda internacional. Actualmente, han conquistado con sus diseños en diversos desfiles mientras que también han ataviado a personalidades cambiando para siempre las reglas de la alta costura. En entrevista, David e Iván nos compartieron cómo fueron sus inicios hasta llegar al reconocimiento de su marca.
¿Nos pueden compartir cómo inició su trabajo en equipo?
Iván: por azares del destino terminamos trabajando juntos, a pesar de que cada quien inició su carrera laboral en diferentes lugares al terminar la universidad. David tenía tiempo colaborando en una empresa de calzado muy importante aquí en León, pero un día me llamó porque requerían diseñadores.
En ese momento yo tenía empleo, pero me convenció, renuncié y comenzamos a trabajar juntos en la empresa, yo durante casi 8 años y él 10. Durante ese tiempo el que era nuestro jefe nos enseñó muchas cosas y nos permitió hacer de todo.
David: todo sucedió también por la carga tan pesada que tenía. Le dije a mi jefe directo que no podía más y él me comentó que a pesar de que habían buscado varios perfiles, no habían encontrado uno que se adaptara a mi forma de trabajo y me dejó la libertad de proponer a alguien, fue así como se me vino a la mente Iván, quien siempre había sido muy disciplinado.
Desde el momento que llegó, le pedí que fuéramos buenos amigos, más que jefe y colaborador, para poder trabajar bien. Y resultó que éramos muy buenos trabajando juntos.
¿Cómo fue su salto de la industria del calzado a los vestidos?
David: honestamente, no fue algo que se tuviéramos en mente, en salir y poner una marca propia, nada de eso. Éramos muy felices haciendo nuestros diseños para calzado.
Iván: no obstante, fue en 2012, cuando mi hermana se iba a graduar de la universidad, que decidí confeccionarle su vestido. De manera casual le pedí a David que me acompañara a elegir los materiales y comenzamos el diseño. En esa ocasión hicimos ocho vestidos, pues las amigas de mi hermana nos lo pidieron.
Al recibir el pago no sabíamos qué hacer, y como David siempre ha sido muy visionario, sugirió invertirlo en telas que fuimos guardando, mientras la idea de tener nuestra propia marca se estaba gestando.
¿De qué manera equilibran el deseo del cliente con el sello de Iann Dey?
Iván: escuchándolos. Nuestro trabajo es hacer realidad el sueño del cliente para verse de cierta manera. Es decir, nosotros complementamos, no imponemos. La pregunta clave que siempre hacemos es: ¿qué quieres que la gente piense de ti cuando te vean entrar? Porque yo puedo hacerte lucir sensual, pero quizás no sea eso lo que quieres. El punto es crear juntos esa ilusión para que sea la visión que la cliente quiere.
¿A qué dificultades se han enfrentado como emprendedores?
David: el tiempo, darnos cuenta de que teníamos que invertir absolutamente todo de nosotros para despegar. No teníamos fines de semana libres ni vacaciones y nos enfrentamos a esto durante años para continuar produciendo.
Iván: incluso en esos momentos, no sabíamos lo que estaba pasando, pero cuando la realidad nos cayó, nos dimos cuenta de que nos gustaba nuestro trabajo aún con todos los sacrificios que habíamos hecho.
En sus palabras, ¿qué consejo le darían a quienes buscan dedicarse al diseño de modas?
David: no tengan miedo a arriesgarse. Esto requiere de mucho tiempo y dedicación.
Iván: yo sé que cuando sales de la universidad te da terror cortar una tela de cinco mil pesos, pero, tienes que dejar a un lado ese miedo porque tienes que experimentar para que, lo que tienes en la mente, puedas materializarlo.