Los artistas urbanos, Brote y Zhot, descubrieron en los muros la forma más poderosa de expresar su identidad
Originarios de León, los hermanos, quienes estudiaron arquitectura y diseño gráfico respectivamente, comparten que su verdadera formación en el muralismo nació de manera empírica en las calles. Aunque crecieron con el oficio por tradición en nuestra ciudad, después de participar en una convocatoria para murales en 2010, han desarrollado una exitosa trayectoria.
¿Cómo descubrieron su pasión por el graffiti?
Fue en la secundaria donde tuvimos nuestro primer acercamiento con el graffiti a través de una prima que ya pintaba, por lo que nos introdujo a los materiales y estilos propios de esta disciplina. Desde niños nos gustaba dibujar, y un día descubrimos en YouTube a un artista español que podía crear obras hiperrealistas con aerosoles, Belin, quien se convirtió no solo en inspiración, pues lo pudimos conocer y ahora es un gran amigo.
¿Cómo fue iniciar de forma profesional?
Al principio, pintar murales era simplemente una forma de expresión personal. Y no fue fácil que creyeran en nosotros cuando decidimos dedicarnos a ello, sobre todo por lo jóvenes que éramos. Sin embargo, con mucha dedicación y experimentación, ese pasatiempo se transformó en una oportunidad profesional que nos ha dejado grandes satisfacciones y no nos vemos haciendo algo más durante mucho tiempo.
¿Cuál es el proceso para crear un mural?
Si es por gusto personal, elegimos el tema de acuerdo a la forma y contexto del muro que pensamos intervenir. Si el mural es por encargo, escuchamos atentamente a nuestro cliente para entender su idea y hacemos una mezcla de ideas para llegar a un concepto único.
¿Qué consejo le darían a alguien que desea iniciarse en el arte urbano?
Le diríamos que lo intente, porque es una forma de expresión muy divertida. Y si realmente les apasiona, que lo hagan con entrega y dedicación, ya que la técnica del aerosol no es fácil y requiere de mucha práctica, paciencia y constancia.
¿Cuáles son sus próximos planes?
Actualmente estamos vendiendo mucha obra de caballete para que la gente pueda tener algo de nuestro arte en sus hogares. Y en un futuro, nos visualizamos pintando y visitando más países para dejar nuestra huella por el mundo y dejar el nombre de México muy en alto.