A través de una gran sacudida mundial, todo cambió en este 2020: las calles antes llenas de gente hoy lucen mucho más tranquilas, en algunos países incluso solitarias; los negocios, muchos de ellos cerrados, esperanzados en poder soportar lo más posible para reabrir y seguir adelante; las familias que no tuvieron oportunidad de despedirse de ese ser querido, ni siquiera pudieron verlo por última vez, tan solo pudieron decirle adiós a sus cenizas.
Todo cambió en este 2020 y sería un error pensar que todo volverá a la normalidad, porque no podemos permitirlo y les comparto el porqué:
Cambió mi forma de trabajar, de buscar oportunidades, me sacó de mi zona de confort, no deseo volver a mi zona de confort, tengo muchas ideas que compartir, muchos sueños que alcanzar.
No voy a perder el tiempo, he visto la muerte, la vida en el encierro, la soledad, y no me puedo permitir no aprovechar cada oportunidad para agradecer, para decir te amo a esa persona, para apapachar a mis padres, de abrazar y escuchar a mis hijos. No puedo perder el tiempo, para poder aprovecharlo en lo realmente importante.
No seré indiferente ante las necesidades de mi comunidad, de mi entorno, de mi empresa, de mis compañeros de trabajo, de mis vecinos, del que día a día recoge la basura, del anciano que se sienta en la esquina de mi calle a pedir limosna.
Crearé comunidad, seré tribu, esa que compartía, que se acompañaba, que se unía para salir adelante. Descubrí que estaba distraído con las prisas del trabajo, con el estrés, con el pago de cuentas y deudas; no me daba cuenta de la gente que me rodea, de cómo puedo ayudar a los que están a mi lado y cómo ellos pueden ayudarme a mí.
No quiero volver a postergar mis ideales y mis pasiones, si hoy tengo la oportunidad de salir a rodar a la montaña, me voy a ir, no pondré otra vez ese pretexto de “estoy ocupado o cansado”. Ya conocí lo que es tener el tiempo y no poder hacer eso que me apasiona.
Todo cambió en este 2020. Si hoy estas leyendo esto, es porque estás vivo, tienes un día más para ser pleno, para amar, para soñar, para transformar y trascender. No te permitas volver a la “normalidad”.