Fomentando la conexión personal y la convivencia para crear un entorno más saludable y equilibrado

¿Cómo será nuestra sociedad en los próximos 10 años? ¿Más digital? ¿Más tecnológica? ¿Con menos interacción personal? Estas preguntas se responden conociendo y siendo conscientes de lo que estamos sembrando. La cosecha será la consecuencia de nuestros actos que hoy hacemos como padres.

Vivimos en un mundo lleno de celulares, computadoras, tabletas e internet, lo cual nos ha llevado a avanzar en conocimiento bajo un exceso de información que muchas veces nos abruma y confunde. Gran parte de dicha información es generada por personas sin conocimiento de causa o bien, así como de perfiles falsos que lo único que hacen es aturdirnos y generarnos basura mental.

La pregunta que debemos hacernos es cómo estamos atendiendo nuestras responsabilidades y cómo la separamos de la comodidad. Es decir, a los bebés de casa usualmente les soltamos el celular desde los pocos meses, “para que se entretenga y me deje hacer mis cosas”.

Aquí inicia el proceso de lo que estamos formando y colaborando a la sociedad: personas más virtuales y “menos humanas”. Este término se refiere a que estamos anteponiendo la tecnología encima de la interacción con personas y la convivencia con la familia, con las mascotas o con la naturaleza.

Cuando sembramos un árbol, no solo lo dejamos ahí. Primero lo sembramos en un lugar que le favorezca, después lo regamos según lo que necesite, le ponemos abono y, por último, lo podamos. En otras palabras, hay un proceso que no podemos adelantar para disfrutar de su sombra, del oxígeno que producen y de la purificación del aire.

Esto nos debe llevar a que cuando nace un(a) bebé, debemos llevar ese proceso con información y cautela, con amor y tolerancia, con paciencia y esmero. Es decir, no adelantemos procesos como lo es el facilitarles el celular, dejarles en la pantalla de televisión durante muchos minutos u horas y/o darles comida procesada en exceso que sale de su dieta recomendada por el médico y que puede alterar su organismo.

La escuela es para pulir lo que en casa se les enseña a los niños, ya lo decía una maestra. Ahí es una fuente de aprendizajes técnicos que les abrirán la mente y les estimularán la imaginación, lo que les orientará hacia su vocación.

Cuidemos a los nuestros. Si queremos un mejor mundo para ellos, comencemos su mejor mundo hoy. Dediquemos tiempo de calidad, juguemos, caminemos, platiquemos, convivamos, riamos. Sin celular. Hoy es el futuro.

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