Ya lo dijo el legendario empresario Ray Kroc, fundador de la franquicia de Mcdonald’s: “No hacer marketing es como guiñar el ojo a una mujer en medio de la oscuridad. Solamente tú sabes que lo estás haciendo”.

Es un tema recurrente que muchas empresas en Latinoamérica no toman en serio al departamento de marketing, suelen centrarse demasiado en el producto o en reducir costos, dejando en segundo plano esta área que debería ser prioridad por la importancia que tiene junto con las ventas para la sobrevivencia de una empresa.

Si bien las ventas son la sangre de tu negocio y la forma principal para obtener ganancias rápidamente, el marketing sería la vaselina que permitirá realizar esas ventas más fácilmente. El problema es que generalmente los resultados no suelen aparecer a corto plazo, el posicionamiento de la marca en la mente del cliente llega a largo plazo con la consistencia.

Pero César, ¿qué tipo de marketing es el adecuado para mi negocio?

 

Cada empresa es distinta en función de su presupuesto y la capacidad para dar respuesta o servicio a sus clientes. Las marcas con grandes presupuestos requieren de estrategias muy diferentes a las Pymes, las cuales deben optar por marketing de respuesta directa que los lleve además de crear posicionamiento, a generar prospectos cualificados todos los días.

Hoy en día, hablar de marketing digital es pensar en redes sociales, y si bien son un actor súper importante, también lo es la capacidad para captar y convertir visitantes en prospectos y luego en clientes a través de nuestros túneles de venta.

El túnel de venta nos permite filtrar y acompañar a un cliente a generar la confianza necesaria, posicionarnos como autoridad y finalmente hacer las ventas, todo en automático.

El mix adecuado sería por un lado generar marketing de contenidos que aporten valor sin vender, y por otro crear campañas de pago que lleven al público a través de nuestro túnel de prospección que incluya variedad de herramientas como quizzes, imanes de prospectos, cupones de regalo, entre otras, y proporcionen valor continuamente buscando una fidelización a largo plazo.

Finalmente, deberemos dar la misma importancia a nuestros clientes actuales y continuar aportando valor, ya que es mucho más fácil y barato vender nuevamente a clientes existentes que estar atrayendo nuevos.

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