Nueva concepción del entretenimiento y la cultura

Chapultepec, en su cuarta etapa, se perfila como un espacio único de entretenimiento, pues no solamente ofrece experiencias recreativas, sino también vivencias ligadas a los misterios que solo el “Maestro de la Vida” puede revelar, planteando incógnitas sobre la naturaleza y el universo.

Desde tiempos prehispánicos, ya era considerado como un sitio sagrado por los mexicas. Durante el Virreinato, fue testigo de la construcción del Castillo de Chapultepec, originalmente destinado al paseo de los virreyes. Continuó siendo un espacio relevante en el Porfiriato, cuando se construyó la Casa del Lago, reservada para las élites sociales hasta 1923.

Ese mismo año ocurre un suceso de gran importancia para el parque, con la inauguración del zoológico y el inicio de la construcción de importantes espacios culturales, como el Museo Nacional de Antropología, el Museo de Arte Moderno y el Museo Tamayo en la segunda mitad del siglo XX. Esto lo convirtió en el parque de entretenimiento más grande del planeta superando en tamaño al Central Park en Nueva York.

Es en la cuarta sección donde se logra lo sostenible y sustentable; donde la recreación y el entretenimiento tiene una profunda carga ligada al desarrollo estético y cultural de sus visitantes. Cine de gran altura, deporte y ejercicio, convivencia social, gobernanza y acción política lo reconfiguran en un nuevo concepto.

Mientras que los parques de entretenimiento común solo ofrecen emociones efímeras y artificiales a través del branding, Chapultepec está en otra dimensión, empezando por la Cineteca Nacional Chapultepec del arquitecto Mauricio Rocha para 2 mil 160 espectadores, donde madera y cristales para transparentar la acción del cine entra en escena, además de contar con áreas de diálogo para profundizar sobre el arte.

El cablebús de casi 6 kilómetros se convierte en un eje aéreo que une el Pabellón Escénico y el Centro de Cultura Ambiental, con Los Pinos junto al Centro Cultural Lázaro Cárdenas conectado a la segunda calzada con el Parque Rosario Castellanos. Las paradas estratégicas del cablebús y la calzada nos llevan al Centro Cultural de Los Pinos, el Parque de Cultura Urbana y el Panteón de Dolores en 30 minutos. 

El espectador tiene la oportunidad de vivir grandes aventuras a través de la cultura, la naturaleza, el ejercicio y el arte, así como poder comprender la clasificación de las colecciones del Museo de Bellas Artes en la Bodega Nacional de Arte, ubicada en lo que antes era una fábrica de cartuchos.

Asimismo, podrá recibir una formación educativa que le permita desarrollarse como crítico de arte o cineasta, pues se encuentran las escuelas de artes plásticas y cine el Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC) Chapultepec y El Arsenal, respectivamente, con técnicas pedagógicas contemporáneas.

Por otro lado, se elimina el estacionamiento del Auditorio Nacional para dar paso al Pabellón Escénico, como también lo hace el Centro de Cultura Ambiental, donde el cuidado del agua es el protagonista, al lado del Lago Menor, que se conecta con la Casa del Maíz y la Cultura Alimentaria en el antiguo Molino del Rey, espacio que se complementa con la rehabilitación de las albercas para deportes extremos.

El proyecto culmina con el Panteón de Dolores, convertido en memorial, donde la identidad y el misterio de la muerte se vinculan mediante una calzada que enlaza a la tercera sección, estableciendo conectividad y experiencias profundas.

El Parque de Chapultepec reinventa el concepto de parque de aventuras, en la búsqueda de calidad de vida y entretenimiento que ameritan los tiempos que vivimos, donde el esparcimiento te permita enfrentar con crítica y profundidad un mundo convulso.