Antes de que comiences a leer estas líneas déjame felicitarte, ¿Te decidiste ser arquitecta? Recibe mis mejores deseos y espero tengas el mayor de los éxitos profesionales, has entrado a un mundo tan fantástico y lleno de satisfacciones que se medirán en función de tus retos enmarcados de oportunidades disfrazadas (a veces) de dificultades y situaciones que solo son parte de una gran carrera que en su mayoría está conformada de hombres y no por eso significa que detendrás tu camino hacia la búsqueda de tu arquitectura, tu propia arquitectura. 

¿Qué tal tu paso por la universidad? ¿Notaste que quizá tuviste más compañeras que compañeros? Todo esto no es casualidad, ya que, en los últimos años, las mujeres han ido tomando las riendas y nos han superado en número y debo confesarlo con mucho gusto, no solo en matrícula, sino en los mejores promedios.

No quiero quitar méritos a tus calificaciones, aunque sí quisiera que cayeras en cuenta que las notas que obtengas las dejarás de lado en los momentos más críticos y de verdadero crecimiento profesional para darle paso a una nueva piel que desarrollarás nutrida en gran medida de tu memoria emocional. Con ella logrará sacar a flote tus mejores habilidades no solo como arquitecta, sino como una mujer profesionista responsable y capaz de enfrentar cualquier tipo de reto.

Ahora, yo te pregunto: ¿quieres tener tu propio despacho? Me parece una fantástica idea, adelante, pero primero aprende a trabajar bajo las órdenes que algún superior(a) y date cuenta de todo lo que implica tu puesto, ya que, si tu meta es ser una gran arquitecta con un sello propio, muy probablemente con el paso de los años deberás entrevistar a alguien con las características que tuviste que tener en tu primer empleo.

¿Terminaste tu carrera y no sabes por dónde empezar? Tranquila, será necesario tocar varias puertas hasta encontrar lo que quieres, pero, por favor, sigue adelante y conserva la calma, orgulloso estoy de contarte que en el despacho que tengo la suerte de dirigir, contamos con mujeres que merecen todo mi respeto y admiración.

Bienvenida a este mundo de la arquitectura donde los sueños se construyen a diario, espero que tu legado y principios se reflejen en tu propia arquitectura, esa arquitectura, que comenzó cuando pisaste por primera vez la universidad que hoy forma parte de tus recuerdos y anhelos.

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