Las barreras de la profesión para el sector femenino
Resulta difícil pensar que, en pleno 2025, el ser mujer represente un reto para las arquitectas que desempeñan su labor en las distintas ramas que ofrece nuestro ejercicio profesional. Es frustrante pensar que por el simple hecho de ser mujer las condiciones deben ser distintas, pero lamentablemente es así.
Lo que voy a escribir a continuación, lo hago desde mis vivencias en los campos académicos, laborales y de liderazgo en los cuales he podido ser testigo de múltiples desigualdades. Considero que la desigualdad entre hombres y mujeres inicia en los estudios de licenciatura, no logro entender cómo es posible que muy pocas mujeres ejercen su profesión, siendo que, son precisamente quienes forman la mayor parte de la matrícula de dicha carrera.
Es decir, son más las que estudian arquitectura, pero son minoría al momento de estar en contacto con el mundo laborar. Tristemente, son realmente pocas las que dirigen su propio despacho o trabajan de manera independiente.
He sido docente por más de 15 años y soy testigo de que, en la universidad, las mujeres se caracterizan por encabezar los mejores promedios, logran destacar por su gran capacidad y sentido de responsabilidad. No obstante, la brecha de desigualdad comienza cuando las mujeres inician su desempeño profesional o peor aún, cuando una vez que terminan sus estudios universitarios deciden no ejercer su profesión por múltiples razones.
En el campo académico, las maestras arquitectas representan un gran apoyo para los/as jóvenes estudiantes, pero considero que el que estén alejadas del mundo laboral disminuye notablemente su liderazgo al no ejercer o no tener vínculos con el ejercicio profesional.
Por otro lado, esto no sucede con los profesores quienes, en la mayoría, combinamos la docencia con nuestra profesión o más aún, tenemos la fortuna de dirigir algún despacho o algunos inclusive desempeñar un puesto público en algunas de las dependencias estatales o municipales.
Existen muchos retos para las mujeres, sin embargo, creo firmemente en su liderazgo y excepcional desempeño y capacidad de desarrollar proyectos. Desde mi trinchera, yo las quiero animar a no dejar de perseguir sus sueños y llevarlos al límite, a no solo terminar sus estudios universitarios sino buscar fortalecer sus vínculos con el ejercicio profesional y conectar con el mundo laboral cuando todavía sean estudiantes.