En las organizaciones existen diferentes necesidades para hacer que los objetivos se cumplan. En definitiva, se requieren personas que sean persistentes, inteligentes, analíticas y tolerantes, que resuelvan problemas y coordinen a personas de manera efectiva.
Esto es lo que se espera de un gerente efectivo pero, si somos francos, no se necesita ser un héroe para lograrlo. Los mejores gerentes no inflaman las pasiones e imaginación de sus empleados para alcanzar nuevas alturas de mira y llevar a otro nivel a una organización. Los líderes sí.
Las diferencias que existen entre un gerente y un líder las podemos resumir en 4 grandes categorías:
Actitud hacia las metas
Los gerentes toman posturas impersonales y pasivas hacia lo que viene. Las metas surgen de las necesidades, no de los deseos.
Los líderes definen una perspectiva proactiva hacia el futuro, generan cambios de ánimo, evocan imágenes e infunden expectativas. Cambian la forma en la que las personas piensan acerca de lo deseable y posible; establecen la dirección de una organización
Concepción del trabajo
Los gerentes negocian y obligan, balancean puntos de vista opuestos y evitan los riesgos.
Los líderes desarrollan nuevos enfoques para resolver problemas, incrementan las opciones disponibles, convierten ideas en imágenes vívidas para todos y buscan riesgos cuando las oportunidades parecen prometedoras.
Relación con los demás
Los gerentes prefieren trabajar con personas, pero buscan tener el mínimo involucramiento emocional con ellos. No son empáticos, se enfocan más en cumplir procesos que la obtención del resultado que de ellos emana.
A los líderes les gusta trabajar ideas y buscan relacionarse con la gente de manera directa y empática. Se centran en los resultados de los eventos y el significado que tiene para los involucrados.
Sus subordinados los identifican con emociones fuertes. Normalmente son odiados o amados, pero nada en el medio. Sus relaciones con los otros parecen turbulentas, pero estas generan resultados inesperados favorables que se replican con el tiempo.
Sentido de sí mismo
En los gerentes su percepción viene de perpetuar y fortalecer a la institución a la que pertenece y así sentirse parte de ella. Su valor viene de su resultado hacia la empresa.
En los líderes su valía se basa en las luchas que genera para alterar profundamente a los seres humanos y sus relaciones económicas. Se siente como un elemento externo a la organización.
Es importante contar con buenos líderes y gerentes porque ambos ayudan a crear sostenibilidad y valor en las organizaciones. Así que las personas y las organizaciones deberán crear el ecosistema para desarrollarlos y así prosperar de manera sostenida.
Basado en el artículo
Zaleznik, A. Managers and leaders, are the different? Harvard Business Review.