Es inevitable no reflexionar hacia dónde nos dirigimos como sociedad en este confinamiento. Hemos vivido los espacios públicos y privados como nunca antes y esto hace cuestionarnos sobre el futuro de la construcción y qué cosas cambiarán deliberadamente.
En el futuro, la industria de la construcción no solo se dedicará a edificar. Tendremos un valor más intrínseco, puesto que seremos los responsables de ofrecer bienestar. Nuestro rol no cambia, se hace más relevante.
En este sentido, considero que el futuro de nuestra industria debería contemplar lo que llamo las 5C’s del futuro para la arquitectura:
1. Conectada: la industria estará conectada, por una parte, por los nuevos sistemas de infraestructura inteligentes. La Industria 4.0 y sus diferentes alcances nos permitirán generar edificios que se comuniquen con nosotros. Esto ayudará a replantear esquemas de operación y mantenimiento, mejorando significativamente la calidad de vida de las personas.
Por otra parte, veo una industria conectada 24/7 de manera colaborativa. La mejora en infraestructura de comunicación en el desarrollo de proyectos permitirá que se trabaje de forma más eficiente teniendo un mayor rendimiento. Firmas internacionales ya funcionan así; esto se replicará en firmas y despachos más pequeños aportando enormes beneficios a la profesionalización de la industria.
2. Compartida: los espacios compartidos, las teorías de shared living y shared economy tomarán una fuerza importante. Las más recientes generaciones comprenden que hay cosas en la economía y en el estilo de vida que no merecen obtenerse para ser utilizados por una sola persona.
El sistema de cohousing retomará fuerza, habrá nuevas formas de pensar los espacios, de formas flexibles y cambiantes. En tiempos post-covid seguramente se trabajará en mejorar estándares de limpieza y desinfección, pero se ha comprobado en diversos estudios que lo “compartido” mejora significativamente la calidad de vida de sus habitantes.
3. Circular: habrá que enfocarse en la reducción tanto del uso de materiales vírgenes como de la producción de desechos, entendiendo completamente los ciclos económicos, ecológicos y sociales de cada recurso. La industria de la construcción deberá pensar en modos de producción y utilización de los espacios con estas dinámicas.
4. Comunitaria: si el siglo XX nos dejó una huella por su arquitectura de autor e individualista, la arquitectura del siglo XXI debe restaurar esto.
La industria de la construcción será corresponsable de la creación de las comunidades del futuro y las disciplinas que la concentran deberán afiliarse con aquellas expertas en lo social y lo comunitario para redefinir el concepto de comunidad y sus alcances.
5. Célebre: lo célebre deberemos responderlo, no como un atributo a lo popular y famoso, sino más bien a lo que representan el bienestar mental y neurológico. Atributos de remembranza y nostalgia siempre generan un nivel de bienestar en los individuos, ya que hay significados plasmados en nuestros imaginarios que se asocian con elementos que nos hacen sentir mejor.
Sabemos que las ciudades están creciendo más que nunca, y por ende necesitamos definir estrategias para un crecimiento contenido. El reto, y lo interesante de construir en estos días, es justo redefinir y reinventar el concepto de habitar.
Debemos reescribir la manera en que los actores de la industria se están preparando. Pocas instituciones educativas dan respuesta mediante sus modelos de aprendizaje a las preguntas y necesidades que los pensadores actuales comienzan a hacerse.
El Tecnológico de Monterrey diseñó el Modelo TEC21 precisamente para dar solución a estas discusiones y plantear nuevos retos desde el aula. Preparar a la siguiente generación para que diseñe y construya nuestro bienestar enfocados en la aplicación de propuestas, conociendo las necesidades reales de la sociedad, es lo que más hace falta hoy.
Por Viviana Barquero, Ph.D.
Directora de la Escuela de Arquitectura Arte y Diseño del Tecnológico de Monterrey Campus León
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